Metamorfosis
- publicado el 25/05/2012
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La Cadena: Aura
El mismo escalofrío volvió a sacudirme… pero esta vez su recorrido fue hacía el pecho y bajé la mirada… un líquido transparente se adentraba hacía el canalillo ¿Alguien me había tirado agua o alcohol?
– Seguramente alcohol… – llegué a esa conclusión en voz alta.
Dispuesta a secarme le eché un último vistazo a mi amiga. Se estaba divirtiendo. Aunque sospechara del chico, decidí ir en busca del baño para secarme y despejarme. No me costó encontrarlo, pues estaba en el propio pasillo que llevaba hacía la desembocadura de la escalera que conducía hacía la salida. Aun así, desplazarse hasta allí fue un verdadero coñazo; había que esquivar a los sobones, ignorarlos y abrirse paso entre la muchedumbre de gente. Tanta gente y el olor a humanidad me asfixiaban. Por primera vez en mi vida me alegré de estar en un baño público.
Me sorprendió que no hubiese nadie… normalmente, este es el escondite de las chicas para maquillarse y despotricar a la que roba el aliento a los chicos… Sí, demasiadas películas americanas ¿Verdad?
Abrí el grifo y me lavé con cuidado la zona superior del pecho. Cuando lo hice, busqué algo con qué secarme y me deslicé hacía los retretes. Que asco, solo en el del fondo había un rollo de papel higiénico… Me sequé ahí mismo. La puerta se volvió a abrir, cosa que me dejó indiferente hasta que oí una voz muy familiar:
– ¡Oh… estar entre tanta gente me estresa!
Era Coral… no pude evitar sonreír. Estuve a punto de salir al pasillo, pero una voz aguda y punzante me paró:
– A mí lo que me estresa es buscarlos… Solo hay uno y nos está dando bastante trabajo.
– ¿A quien te refieres? – preguntó Coral – Yo no detecté a ninguno.
Algo me decía, que si salía… iba a pederme un acontecimiento grandioso… y aunque no me gustara espiar detrás de la puerta, me quedé escuchando. Estaba segura que la dueña de la otra voz era “Ewyn”:
– Para alguien como yo… es fácil sentir la empatía de los demás, incluso sin son .Cuando Ian cantó… sentí varias sensaciones. Muchos no atendieron el significado de aquellas letras, pero sobre la sensaciones tan corrientes de lujuria, del embriego carnal, del alcohol y el desequilibro, estaban las reacciones que causó las letras de Ian.
– ¿Crees que nos han descubierto por eso? – preguntó Coral, con voz seria.
– Nos ha descubierto. – respondió con una serenidad que me cogió desprevenida; volvía a tener el vello de punta – Y está actuando rápido.
– ¿Ya? – se alteró Coral – ¿¡Y por qué no me lo has dicho antes, imbécil!? ¡Tenemos que cogerle antes de que haga algo!
– Lo sé, lo sé… pero hay un problema en todo esto.
– ¿Cuál?
– Es la amiga de la chica que estaba con Kagura. Si actuamos, tenemos que ser precavidos porque esa chica puede entrometerse inconscientemente.
Esperé a que “Ewyn” terminara de hablar para reaccionar… Me erguí… no entendía muy bien lo que estaba pasando pero lo poco que entendía es que algo pasaba con Aura:
– ¡Maldito Kagura! – gritó Coral con voz ofuscada – ¡Mira que le aconsejé que la invitara a tomar un helado! ¿Es que no es consciente que no nos ha enviado Iván o Dala? Si se entera Hem le cortará los huevos.
– No culpes a Kagura de esto… Nosotros no sabíamos lo que iba a pasar… podría ser cualquiera.
La última vez que había oído esas palabras fue cuando mis primos gemelos y mi tío murieron en un accidente de coche dos años atrás. Mi tío, ahora viudo, le echaba la culpa al alcohol que lo consumió aquella noche que su mujer lo había dejado en mi casa para que no condujera. Se culpaba por no haberse emborrachado hasta que mi padre le dijo las mismas palabras que “Ewyn” a Coral… ¿Eso significaría que algo malo le iba a pasar ha Aura? No pude evitarlo, salí de mi escondrijo con el miedo que reflejaba mi cara. Al alzar la vista… al otro lado del baño, junto a la puerta, se encontraba “Ewyn”, mirándome con aquella cara sin expresión:
– Vaya – dijo.
Avancé hasta ella:
– ¿Qué ocurre? – preguntó Coral, asomándose.
Cuando se encontró con mi cara dio un brinco hacía atrás:
– ¿Lluvia? – preguntó con perplejidad – ¿Qué…?
– ¿Has oído todo? – la cortó “Ewyn”, clavándome sus enormes ojos verdes.
– ¿Qué le pasa ha Aura? – fue lo único que pude articular.
– Lo ha oído – murmuró.
Las dos se quedaron en silencio… solamente a Coral se le veía apurada, intercambiaba miradas entre “Ewyn”, la serena, y yo, la confusa.
– La cuestión no es que le pasa a tu amiga… sino es lo que le pasará si no actuamos rápido – dijo por fin la otra, con esa serenidad que se oponía al carácter de su amiga:
– Lluvia ¿No? – la miré, mostraba una sonrisa nerviosa que pretendía tranquilizarme – Lo que quiere decir Eiwyn es que conocemos al tío con el que está tu amiga y no es muy aconsejable.
Era mentira…ella no la conocía. Algo pasaba.
– Sabes mentir muy mal – le dijo la otra.
Coral le dirigió una mirada asesina:
– ¡Lo siento por intentar tranquilizarla porque le hayas dicho que su amiga va a ser asesinada por un demonio si no hacemos algo!
Bastó con que pronunciara “asesinada” para salir corriendo. Aura. No, no podía perder a la única amiga que tenía… No podía permitirlo. Corrí en dirección donde dejé ha Aura con aquel supuesto asesino. Ya no vacilaba en pisar y empujar a alguien, me daba igual oír los reproches, oír como me llamaba a voz de grito Coral… me daba igual insultar ha aquellos que me paraban para preguntarme el nombre. Quería saber donde estaba mi amiga.
Y cuando llegué a la barra… y no les vi… supe lo que era sentir como el mundo se te venía encima… una oleada de desolación, de terror, me abrazó. Sentí mis ojos humedecer. Aura.
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La intriga sigue con cada cápitulo. Muy bueno =)
Ahhhh! Quiero saber como continúa!