Misteriosa Eternidad

Cuando le tomo la mano, sé que ya no hay vuelta atrás. El final es inminente. La muerte ha ganado una vez más.

—Te amo—exclamo en silencio, y ella parece esbozar una sonrisa detrás de su rostro sin vida.

Comienzo a sollozar, pero me detengo. Hay algo más. En el aire, sobre el cuerpo inerte de mi abuela, aparece una nube brillante, tan incandescente como el mismo sol. Y de ella brota una mano translúcida, que se extiende lentamente hasta tocar mi rostro. Estoy paralizado, con miedo, pero su voz dentro de mi cabeza me calma:

—También te amo.

Luciano
Últimas entradas de Luciano (ver todo)

2 Comentarios

  1. aixa canosa dice:

    Me encanto 😉

    1. Luciano dice:

      Muchas gracias! Me alegro que te haya gustado (:

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada