Ángel de la guarda

-Hola guapa, ¿quieres bailar?- pregunta Kike.

-Contigo no. Tengo novio.

-No me importa; no soy celoso.

“Bien dicho”, le anima mentalmente Paco, su ángel de la guarda, desde la barra del bar. (Su nombre no es Paco pero, de todas formas, no podríais pronunciarlo).

-Vas a ser hombre muerto si te ve aquí cuando vuelva del baño.

“Eso es, la tienes en el bote. Un poquitín más”, piensa Paco, mientras ve a una montaña humana con tatuajes salir del baño.

“Si después de esto no me cogen en el infierno, me meto a duende”.

 

Danilo
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