EN TUS RINCONES
- publicado el 13/06/2016
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LA BODA
Se casaron de madrugada para no alertar al pueblo que a esas horas dormía. Los dos sabían que lo que Dios unía no podía separarlo el hombre. Al alba, con las estrellas de testigo, se juraron amor eterno y cada uno volvió a su casa, tras sellar la ceremonia con un largo beso. Él salió a trabajar las tierras; ella le sirvió paciente el desayuno a su marido y sus hijos.
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Sole, me encanta La Boda, y la carta del asesino también.
Gracias, Jose. Muak
¡Zas! ¡Qué final! Buen microrrelato, sí, señora. Felicidades.
Muchas gracias. Las críticas positivas animan a seguir el camino.