El príncipe y el charlatán

El libro que tanto irritó al joven príncipe Frel trataba sobre algo llamado ciencia.

—¡Qué vulgaridad! Si fuera rey ordenaría castigar al charlatán que lo ha escrito.

La reina arropó a Frel en la cama y le besó en la frente. Cuando se quedó solo, apareció su hada para desearle buenas noches.

—¿Ha sido propicio tu día pequeño Frel?
—He leído un libro horrible.
—Mañana se te habrá pasado el disgusto. ¡Qué duermas bien! —dijo ella dulcemente. Sintiendo que no podría dormir, él replicó con tono malicioso.
—Espera, hada, quiero demostrarle empíricamente algo a alguien.

Cheesti
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