Surrealízate, hermano pez
- publicado el 11/09/2008
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Esta vez, rabia.
Estimada detective Ditika Tivez:
Con gran pesar en mi corazón te escribo, una vez más, para confesarte mi nuevo asesinato, así como mi profunda satisfacción por lo bien y lo barato que me ha salido. Lo primero es aclararte donde encontrarás el cuerpo de mi nueva víctima. Estaría feo que os hiciera derrochar dinero y esfuerzo buscándolo, si yo ya sé donde está ¿verdad? y por otro lado esto siempre se ha tratado de matar por matar, no de putear a las fuerzas del orden. Al menos, no más de los necesario.
La dirección es C/Toquisqui Nº69, en la urbanización Aquientra de esta misma ciudad. Es una urbanización muy cuqui. La casa no tiene nada que ver con el cuchitril del asesinato anterior, ya lo verás, te gustará. El cadáver, en la cama. ¡Angelita mía! ¡Qué fácil fue! La muy pija se quedaba hasta las tantas en la cama. Eso era lo que más rabia me daba de esta. Ni se despertó ni nada, eso creo. Se le puso una cara muy graciosa en la primera puñalada, pero luego se le quedó como que le dolía un poco. ¡Bah! Lo hice tan rápido que seguro que apenas notó algo. Me sorprendería que, de las noventa y nueve puñaladas, notara más de tres.
Poco más te cuento. Me gustaría empezar algún curso de fotografía, pero sería a distancia porque luego las voces le cogen manía a una compañera de clase y lo tengo que dejar. No es plan. A las voces les parece bien lo de la fotografía, dicen que luego podremos hacer murales siniestros con fotografías de los asesinatos. A mí eso no me convence. Ya veremos.
Sinceramente tuya (si me detienes ¡jaja!), L. Matan Do Voi.
P.D.: La pijaza llevaba unos pendientes divinos (¡qué rabia daba esta tía!) y, por las prisas, le arranqué las orejas que te adjunto con la carta para que podáis completar el «rompecabezas».
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