Poesía del suicido. Nota I
- publicado el 10/07/2012
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Y, sin embargo, aguardas…
Créeme:
No tengo el suficiente valor,
ni tengo el suficiente coraje,
para agradecer tu tiempo conmigo.
Y, sin embargo, sí que tengo
la suficiente cobardía
para alejarme, así, sin explicación…
Y tú aguardas.
Paciente y te callas.
Aunque sepa que el fondo,
te duela.
Y aguardas,
sin pedir nada a cambio,
sin gritos ni exigencias.
Solo pides en silencio que vuelva.
Yo lo sé.
A pesar de tus reservas,
te conozco bien,
y a mí también me duele estar así.
Y sé que yo fui
la que puso un muro entre nosotros dos.
Pasé de contarte todo
a de la noche a la mañana darte largas.
Y, sin embargo, no me has preguntado qué me pasa.
No has preguntado, ni dicho nada.
Y ahí estás, ahí aguardas,
paciente y te callas…
Aunque sepa que en el fondo de tu ser,
Te hiera.
Pero aguardas,
Sin pedir nada a cambio.
Sin gritos ni exigencias,
sólo me pides en silencio que vuelva.
Y si lo hice fue por lo que dice la gente.
La que me quiere y por nuestro bien me advierte:
<<Que a ese chico tú le gustas,
que si le creas esperanza>>.
Que si algo fuerte era lo que tú por mí sientes.
Y que yo solo veo amistad eterna,
y no te quiero dañar más, y sé que es un error quizás.
Y no me quiero alejar más pero puede que esté bien así…
¿Quién sabe si estoy obrando bien o mal? (Lo siento.)
Te noto presente de alguna forma,
aunque tú por miedo y yo por nada,
ya no hablemos como aquel verano,
entre las murallas…
Y sin embargo, aguardas…
paciente e implorando, silencioso,
que vuelva.
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