Vidas de oscar
- publicado el 24/11/2008
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1#Reflexiones de una peluquera que debió elegir otro oficio.
¿Qué día no pensé en el pasado?
Olvidé que yo siempre creí en las casualidades, y estas vinieron a sorprenderme cuando menos lo esperaba. Y te das cuenta que aún no te has librado de los fantasmas de tu pasado, ahora son presente y tienes que apechugar con ellos.
¿Le conozco? ¿Me conoce? No lo se.
Tantos sueños, promesas, mentiras y caricias guardadas a presión y bajo siete llaves en la humilde caja del fracaso que lancé al mar con toda mi rabia. Ha naufragado en mi playa después de casi 5 años y me esta tentando abrirla.
Quiero, pero no quiero.
¿De que me servirá todo esto? Si todos están bien colocados en sus respectivos mundos y paisajes y yo, que sigo intentando salir del cascarón cuando amaina la tormenta del reflejo absurdo y hostil de la vida, no me atrevo a seguir el camino de baldosas amarillas que unos pocos se encargaron de poner ante nuestros destinos. Tengo miedo del león salvaje, del vacío del hojalata y su compañero, el degenerado espantaPAJAros que a mi por el nombre, jamás me dió buena espina.
Caminos puestos expresamente para que no pisemos el césped que los rodea, temen que nos sentemos a descansar, y lo que es peor… ¿y si nos da por pensar tumbados?
Yo ya no pinto nada, no quiero pintar nada.
Y algunas veces la vida pide un cambio.
Y no lo ves, ni lo oyes, ni te lo dice nadie. Lo sientes.
Sólo tú lo sientes.
Momentos álgidos de tu vida en los cuales paseas por ella como si todo fuese tan extremadamente perfecto, que tu, solo debieras preocuparte por procurar no engancharte la uña que tienes rota.
Esos momentos no son tiempos de cambios.
Tras analizarme una y otra y otra vez, juzgarme y prejuzgarme sin compasión, he llegado a un punto en que mi problema, soy yo misma.
Mi cerebro pesa demasiado y a veces me cuesta mantenerlo firme.
Es demasiado influyente.
Pero es el único que me sabe llevar.
Y en los momentos que más se le necesita, siempre responde dejando atrás trapos sucios y aliándose con la rapidez y eficacia que algún día, antes de que fumara porros, tuve.
Los cambios son pequeñas correcciones que nunca abandonaré. Defectos que limar y virtudes que añadir a diario.
Para no cansarme de mi misma, y para arrepentirme por todo lo que me quedó por hacer.
Porque no dejaré que nadie me diga que no hay que arrepentirse de nada.
Lo hay.
Joder que si lo hay.
Pero así es la vida.
Bueno, desde este texto quisiera saludaros a todos los que entrais por aquí. Yo no escribo ciencia ficción, ni historias de amor… etc (espero que se me pegue algo y poder hacerlo algún día). Mis textos suelen ser pesimistas. Pero supongo que cada uno escribe lo que considera y en fín, esto es lo que hay, señores.
muy bueno, myfight! aquí hay cabida para todo tipo de relatos, aunk sean pesimistas o melancolicos 😉
habrá más??
Me ha gustado, ya lo creo que si!
Enhorabuena, es un buen relato
A veces la vida pide un cambio, nosotros no… Cada uno es como es, y escribe lo que siente, eso es lo que hace a cada persona espacial, y eso es lo que para mi hace este blog especial, si todos fuesemos iguales, esto no tendria ningun interes, no crees?
Animo y a seguir!
Te ha quedado un relato muy jugoso. Espero volver a leerte pronto 🙂
Por cierto, lo de espantaPAJAros no te gusta por llevar la palabra «paja» en el medio?
Jajajaja, claro, hace desconfiar. Y bueno, ahora lo oyes y no asusta, pero cuando eres niña esa palabra es un claro ejemplo de su degeneración pajeril xDDDD
Ná, es broma, no se, me salió así y así quedó.
Gracias al que parte el bacalao en esta web, que se preocupó en publicarmelo (yo lo dejé en borradores sin querer).
Y gracias a todos.
Joer, me hacía falta leer algo así, en serio.
«Defectos que limar y virtudes que añadir a diario.
Porque no dejaré que nadie me diga que no hay que arrepentirse de nada.
Lo hay.
Joder que si lo hay.
Pero así es la vida.»
Eso refleja bastante mi filosofía de vida.