LA PIEL DE LA MUJER.

Dejó caer su mirada,
incrédula y lasciva,
en la piel de la mujer,
de un dorado doloroso para la vista,
abrasador para su mano mortal,
y la mirada
— ansiosa, impaciente —
recorrió la frontera que separaba carne y tela.

La piel de la mujer
jamás estuvo tan cerca de sus manos
— sí de sus perversos pensamientos —
ni su espalda tan desnuda.

Se permitió estirar un dedo,
dudoso, inexperto,
dibujando la línea de la ropa
en el aire, a escasos centímetros
de la piel de la mujer,
para sentir el dulce y ansiado calor.

A pesar de todo, tal vez esa noche,
no iba a morir de frío.

onanistaenamorada
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1 Comentario

  1. onanistaenamorada dice:

    eso de amuzigi.com qué es??? las cosas automáticamente se suben también a esa página… o… ¿?¿?¿?

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