YA ERA HORA.

Por fin había recibido su pedido, «Double Person 3074».

Se habían puesto de moda estos nuevos robots sexuales. La gran diferencia con los demás era que estos se hacían por encargo. Bastaba con una fotografía, o una muestra de cabello, o el número de identificación de la persona,… y ya está. Te mandaban una copia muy parecida a la persona indicada, a veces casi idéntica. Y ella había llenado una carpeta con todo lo que se le había ocurrido, incluida una uña. Programar el comportamiento del «Double Person 3074» corría a cuenta del comprador, cosa que no ocurría con los otros robots sexuales.

Al principio, cuando dejaron la enorme caja en el comedor, decidió esperar hasta después de comer, forzándose a ser paciente. Hizo la compra y arregló la puerta del mueble de la cocina, rozando la caja cada vez que pasaba por su lado. Una de esas veces se paró y recorrió con su dedo la ranura que afirmaba que esa caja debía ser abierta. No aguantó más y abrió los tres cierres, tirando de la puerta hacia fuera. Lo que vio la dejó boquiabierta.

Frente a ella se encontraba una réplica de sí misma, aunque desnuda, con los ojos cerrados y rostro inexpresivo. Se contempló maravillada durante minutos, y luego se atrevió a alargar el brazo y tocar el brazo de su «Double Person 3074». La temperatura y el tacto la asombraron agradablemente, y se tocó a sí misma para comprobar que se parecían mucho. Cada segundo que pasaba se alegraba más de haber hecho aquella compra.

Sacó con dificultad a su doble, pulsó el botón de la nuca y procedió a activarlo con el mando a distancia que despegó de un lateral. Lo primordial era la obediencia, y una vez programada, pulsó el botón de encendido. El robot que tenía su misma cara abrió los ojos, la miró y la saludó con una voz igual que la suya. La mandó callar, tomó su mano y la llevó al dormitorio, diciéndole que la esperara allí.

Tardó unos segundos en volver con un cuchillo en la mano. Se desnudó y se tumbó en la cama. Le pidió a su «Double Person 3074» que se acercara, que se sentase a su lado, y le ofreció el cuchillo, que cogió servicial. Le ordenó a su doble que le rajase el cuello con el cuchillo. Por fin podía matarse.

El «Double Person 3074» cumplió la orden.

Senda-2009.

onanistaenamorada
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14 Comentarios

  1. vms8 dice:

    La policía no pudo determinar si se trataba de un suicidio…

  2. onanistaenamorada dice:

    Exacto. Se quedó sin resolver, y el «Double Person 3074» fue desconectado y abandonado al fondo de un almacén.

  3. Zilniya dice:

    Yas, me esperaba otra cosa al principio, y luego resulta que se mandó copiar a sí misma para matarse… Cómo se llamaría eso? «Copicidio»? «Clonicidio»?

  4. NewoweN dice:

    Autosuicidio?
    Bueno, el caso es que muy bien la idea y el planteamiento del el relato.
    Hay que ver que obediente el robot…

  5. vms8 dice:

    Negligencia por parte de la empresa frabricante. Un robot fabricado por el hombre no debería matar hombres, 1º ley de la robótica.

  6. Zilniya dice:

    Ah sí, las 3 leyes de robótica de Asimov…

    1.Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.

    2.Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la Primera Ley.

    3.Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

  7. vms8 dice:

    Sí, hasta que inventaron Terminator.

  8. Lascivo dice:

    juer, muy bueno. Al principio pensé que sólo quería follarse a sí misma, pero resulta que ha sido todo aún más retorcido. Una sorpresa

  9. onanistaenamorada dice:

    Me dan igual las reglas de Asimov, la verdad.

    Gracias por los comentarios, me motivan.

  10. vms8 dice:

    No mientras

  11. onanistaenamorada dice:

    ¿Querías decir que no mienta? Porque si no tu frase no tiene sentido en mi idioma.

  12. vms8 dice:

    jajajjajaaja

  13. onanistaenamorada dice:

    xD pos vale xD

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