La vida en un vaso con agua

       Hacía tiempo, su mente lo embargaba. La cuenta regresiva había comenzado.

       Llaman a la puerta. Abre. Pero es la nube. Comienzan a lloverle penas por doquier, como balazos que no logra sortear.

       Entonces, el triángulo hombre-cigarrillo-autocompasión inicia la ruleta rusa.

      Viajando en una frágil balsa de ideas, en alta mar, fue lanzado con furia mortal a la temible zona hadal.

      Anegado por el oleaje, sólo vislumbró una gigantesca mano que, indiferente, manipulaba el cristal, revolviendo y generando el remolino que lo sumergía en el ridículo abismo de su propia existencia.      

Nadia
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