Cleo

Cleo levantó la piedra y allí se escondía el alacrán. Estaba indefenso, sorprendido por la luz del día y la presencia de la niña.  Ella no tuvo piedad: lo aplastó de un golpe seco con otra piedra. Cuando cesó la agitación de sus patas, le arrancó el aguijón. Ya en casa exprimió el veneno en un vaso, que completó con limonada fresca.

̶¡Qué calor hace!… ¡Mamá, te he preparado un refresco! –voceó.

̶Gracias, Cleo. Déjalo en la mesa. Ahora me lo tomo –gritó desde el dormitorio.

El chirrido de la silla de ruedas anunciaba que la madre se acercaba.

̶¡Cuánto te quiero! –dijo la madre al llegar.

̶Yo a ti también –contestó Cleo. Y cruzó los dedos.

Fernando Lorente
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2 Comentarios

  1. ¡Hola, Fernando!
    ¿Sabes que el máximo es 100 palabras?
    ¡Un saludo y suerte!

    1. Fernando Lorente dice:

      Tienes razón, Yizeh, tiene más de 100 palabras.

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