pajaros

Nunca vi tanta luz como cuando hundiste tus manos en la tierra, y los pajaros del bosque se volvieron locas luces que  revolotearon entre mis cejas.En ese instante creaste el cielo de nuevo, y te besé las manos con profundo respeto.Entonces los pajaros callaron y la tierra se sumio en el silencio nocturno.

andrea siliezar delgado
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