Deseo incesante.
- publicado el 13/02/2014
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MIENTRAS DUERMES
No puede disimular tu desnudez
la sábana de seda que te cubre
a trasluz veo las rosadas cumbres
de los montes delicados de tu tez.
Voy hacia el sur y veo esta vez
la sombra de un valle en Octubre.
Húmedo, despoblado por costumbre
donde quiero enterrar mi timidez.
Mientras tu cuerpo enciende mi fuego,
tu mente descansa tan lejos de mí
que mi corazón te echa de menos.
Despierta de una vez, te lo ruego,
que ayer en tu ausencia reprimí
mi deseo y hoy no tengo frenos.
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