A HURTADILLAS…

Te observo a veces mi vida, sin que tú te des ni cuenta,

te miro por la «rendija», en el quicio de tu puerta,

embelesada me paso unos minutos en ella

y daría lo que fuera por meterme en tu cabeza.

 

Y saber a cada instante, lo que tú piensas en ella

y encontrarme muchas veces, en medio de lo que piensas.

como si yo te inspirara, como si viviese en ella,

como si fuera neurona, como si fuera una idea.

 

Como si fuese mi hogar, si como «Campanilla» fuera,

como si a mi «Peter Pan» en la oreja le dijera, alto, muy alto…

¡ TE QUIERO MÁS QUE A MI VIDA Y TE QUERRÉ SIEMPRE EN ELLA!

 

Y cuando tú te levantes de la silla de tu mesa,

corro deprisa al sofá y me tiro «de cabeza»,

me tapo con la mantita y con los ojos cerrados…

hago que duermo la siesta.

 

El corazón se me sale, por la «deprisa» carrera,

tú te acercas poco a poco, sin hacer un ruido apenas,

te crees que estoy dormida y… eres tú el que me observa

y te me quedas mirando… te crees, no me doy cuenta.

 

Mi corazón se acelera… esta vez es de emoción,

estás pensando en lo mismo, en lo que pensaba yo…

y,  ¡SÍ!, tú vives en mi cabeza…, además del corazón.

2 Comentarios

  1. Stradivarius dice:

    Me ha encantado este poema Victoria, es tan naif, tan de verdad que es una delicia leerlo. Felicidades.

  2. Aurora dice:

    Mucho amor desprenden tus versos, me gustó mucho, un saludo

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