Por cobarde
- publicado el 21/03/2014
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LA Justiciera de la Noche
Comisario Watson:
Antes que nada me gustaría indicarle que el paquete que le adjuntado con la carta no debe de abrirlo hasta que haya acabado de leer. Usted no me conoce, soy solo una típica ciudadana. Pero entonces se preguntará porque demonios le he enviado este paquete adjuntado con una carta.
La respuesta es sencilla, es porque he cometido un asesinato y por favor no quiero que juzgue mis actos sin conocer antes los hechos que me llevaron a cometerlo. Todo comenzó hace dos años cuando encontré a mi hermana Emma muerta a causa de dos cortes que se había hecho ella misma en cada muñeca.
Inmediatamente llamé a una ambulancia, pero ya nada se pudo hacer por ella pues, llevaba una hora muerta. Y me pregunta fue cuando la vi, ¿qué es lo que había impulsado a una chica querida por todos a llevar a cabo tal atrocidad?. Pero por suerte la respuesta me llegó cuando encontré su viejo diario junto a sus pertenencias.
Comencé a leerlo y cual fue mi sorpresa que mi hermana estaba embarazada de dos meses de un tal James Black y que éste la arrojó al suicidio cuando fue insultada y despreciada delante de todos sus amigos cuando ella le comunicó la noticia.
Supongo que no hace falta que le describa la rabia que se apoderó de mi cuando leí esa parte y el deseo de encontrar a ese cabrón, ¿pero qué podía hacer yo, una chica de dieciocho años y estudiante de veterinaria?. Y entonces y después de pasar una noche en vela, se me ocurrió el plan perfecto. Me volvería como mi hermana, iría a los lugares donde ella solía tomar algo y me relacionaría con personas de su entorno hasta dar con ese tal James.
El trabajo no fue fácil, me costó encontrarlo pues ese chico iba a una discoteca diferente cada fin de semana. Pero al fin conseguí dar con él y el resto no fue más que un juego. Conseguí seducirle y que me llevara a su piso en el centro de la ciudad. Una vez allí y después de la cena estaba claro que lo único que quería era acostarse conmigo.
Y antes de que lo hiciera, le convencí para que se bebiera conmigo una copa de champán y sólo me bastó un minuto para que cayera inconsciente a consecuencia de la droga que vertí en el champán. Lo amarré antes de que estuviera consciente y cuando se despertó le conté quien era y porque le había hecho eso. El resto se lo puede imaginar y por si sigue preguntando que contiene el pequeño paquete le diré que no es más que el pene de ese bastardo que le corté de una sola vez antes de acabar con su miserable vida.
Y me temo que ésto no ha hecho más que empezar, pues no pienso parar hasta que acabe con todos los amigos de ese cabrón que se rieron de mi hermana.
Atentamente, la Justiciera de la Noche.
- Elizabeth Stride - 11/03/2014
- La Línea - 11/03/2014
- LA Justiciera de la Noche - 11/03/2014