¿Qué decir?

La coleta baja y la mirada esquiva.

«Oculta algo.» Pensó, al cobrarle las dos latas de refresco. «Oculta algo y no son sólo los nervios.» Algo que tenía que ver con cardenales escondidos bajo la ropa cuidadosamente discreta, podía ser. Había algo roto en su mirada. O puede que reflejara algo roto de dentro.

¿Y qué hacer? ¿Qué decir?

-Dos con setenta.

Ella dejó un billete de cinco arrugado sobre el mostrados. Su edad oscilaba, ondulaba entre los veintipocos o casi los treinta. Cuerpo joven, esbelto incluso a través de lo mucho que la ropa ocultaba. Ojos maduros. Mirada anciana, esquiva. Una eternidad en las pupilas.

Era hermosa e imponente. Como una fiera herida, en calma, pero dispuesta a atacar en cuanto se sintiera acorralada. Al menos no había sacado ninguna pistola de su camisa ancha y negra.

¿Qué hacer? ¿Qué decir?

Le entregó el cambio tratando de atrapar esa mirada que se escurrió resbaladiza y fría como un pez.

-Que tenga una buena tarde.

Ella no respondió al salir de la tienda.

Maggeena
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