Cuando llega la noche…

…Y, cuando llega la noche

y estoy contigo, a tu lado

oigo el palpitar de tu alma

siento el ardor de tu cuerpo.

 

Me pego a tí como una lapa

sea en verano o en invierno

quiero sentirme en tu piel,

quiero sentirte por dentro.

 

Quiero que sientas el mío,

que se derrite al tocarte,

que nuestro calor los funda

y así queden para siempre.

 

Susurrarte en el oído, bajito

muy bajito, con tono suave…

y contarte… ¡cualquier cosa!

con el único fín de espabilarte.

 

Con mi mano izquierda

acariciar tus mejillas…

y con mis dedos rozando

los contornos de tu cara.

 

Tu naricita y… tus párpados

tus orejitas, tu pelo y frente,

recorrer la línea de tu boca y

con tu saliva dibujar tus labios.

 

Suavemente subir hacia tu nuca

abrasarte esa zona con mi lengua

la saliva que emana de mi boca

adormezca tu piel como la droga.

 

Que entres en un éxtasis divino,

dejar que domestique tus sentidos

ser yo tu domadora en esta noche

y meterte los premios en tu boca.

 

«Mi látigo» de abrazos está hecho,

de besos y caricias «mis cachetes»,

el ruido de una música de Mozart,

los premios te dejo a tí escogerlos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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