DE CÓMO LE QUIERO…

Y no puedo dejar de quererle

y no puedo parar un momento

cuanto más avanza el tiempo

muchísimo más le quiero…

 

Y es una necesidad, un vicio

un hábito, una costumbre…

un sentimiento conmigo

desde que lo he conocido.

 

Y, no paro de quererle…

ni un segundo de pensarlo

su dibujo está en mi mente

desde aquellos doce años.

 

Y nunca se me ha borrado

jamás se ha desdibujado…

con muchas más percepciones

lo recuerdo de hace años.

 

Siempre lo he «divinizado»

hasta el punto de adorarle

de venerar su recuerdo…

de mi vida dedicarle…

 

Siempre en mi pensamiento

pues nunca dejé de amarle

como si en mí sempiterno

lo llevase a todas partes.

 

No lo aparté ni un ratito

en estos «miles» de años…

puede ser que sí algún día

de mí, sí que quise alejarle.

 

Serían cinco o seis días…

quizá, veinticinco o treinta

pero a pesar del esfuerzo

siempre volvía a mi encuentro.

 

Ni una goma de borrar…

ni un borrón, ni tachadura

ni un brochazo con pintura

logró borrar su figura…

 

Ahí estuvo en mi alma y cuerpo

en mi mente, en mi cerebro…

en mis vivencias de niña…

en mi sueño adolescente.

 

Toda mi vida a su lado…

aunque no estuvo conmigo

yo fuí a conocer sus mundos

y él vino a recorrer los míos.

 

En mí estará para siempre

y en mi, él seguirá estando

de mí no se ha separado…

yo con él, siempre a su lado.

 

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