NADA ES LO QUE PARECE

 

Voy saliendo de la bruma

que empañó un tiempo mi verso.

Ya vislumbro otro universo

donde se embriague mi pluma.

 

La alborada, nuevamente,

es tan bella y primorosa

como el jazmín y la rosa

que ya perfuman mi mente.

 

Cada ocaso es un primor,

y, con su embrujo hechicero,

vuelvo a ver aquel lucero

que me negó su calor.

 

Mi alma vivió encogida

hasta perder el aliento:

Al soplo de un nuevo viento

ya quiere volar erguida.

 

Y esa niebla tan espesa

que mi espíritu abrumó,

otra ilusión la barrió

como una dulce promesa.

 

Este corazón se empeña,

y en ello está su porfía,

por rescatar la alegría

que fuera su santo y seña…

 

Con esa noble ufanía,

como diría Pemán,

ese pícaro ademán

y un guiño de picardía.

 

Nadie escuchó en muchos años

de aquella lucha un murmullo.

Sólo tirando de orgullo

logró disfrazar los daños.

 

Del autor era esperada

como emblema una sonrisa

y esa palabra precisa

para alegrar la velada.

 

Pero a él… ¿quién le alegraba,

cuando en las noches en vela

el cerebro se rebela?

Su dolor… ¿quién consolaba?

 

¡Cuánta pena soterrada!

¡Cuánta angustia contenida!

¡Siempre ocultando la herida

con una risa esbozada!

 

¿¡Cómo pergeñar siquiera

retazos de simpatía

que regalar, cada día,

porque Susan no sufriera!?

 

Tantos años de encubrir

dolores y desazones,

hoy grito, con mil razones:

¡¡De nuevo quiero vivir!!

 

José Luis Ruiz Vidal

 

 

 

2 Comentarios

  1. VictoriaPermuy dice:

    HOLA JOSE LUIS, así en mayúsculas porque no sabes cómo celebro el haberte «visto», creo te escribí un correo, no recuerdo cuando fué, pero «disimuladamente» quería saber de tí, o… que alguien me dijese algo tuyo. Tuve miedo volver a intentarlo, no estaba equivocada en mi temor, con ese verso precioso me doy cuenta de no estar incierta, mi pensamiento fué primero por tí pero después pensé en Susan…al nombrarla me doy cuenta por lo que ha pasado, lo siento por los dos, pero me alegro doblemente que todo haya pasado y me tranquiliza tus esperanzas y ganas de volver a escribir, esa es una forma muy clara de estar repuesto y como veo con una fuerza enorme. Me quedo tranquila y con la esperanza de disfrutar, como los de este comedor de la lectura de tus poemas mientras saboreemos una sopa calentita en este otoño que de repente nos trajo al frío que ya habíamos olvidado, con el buen tiempo del que hemos estado acostumbrados.

    Un saludo a tu encantadora Susan, que los dos paséis página y caminéis juntos, para nuestro deleite. Os eché de menos, mucho, espero que nos compenses el tiempo del silencio.

    Yo tuve también un buen susto, un ictus me cogió de sorpresa (siempre me creí muy fuerte) y desde entonces procuro cuidarme, aunque los problemas cada vez son mayores y me está costando… pues eso, la salud.

    Un abrazo ENORME, para los dos y vuestra encantadora familia.Victoria

  2. José Luis Ruiz Vidal dice:

    Querida amiga Victoria: Gracias, como siempre; por tus maravillosos sentimientos. La verdad es que lo he pasado mal, y aún no estoy para tirar cohetes pero hay que tirar hacia adelante con el mejor ánimo posible. Siento que tu tengas problemas, y espero y deseo que los superes pronto, con el ánimo que te caracteriza. Este poema lo puse pensando en ti,
    imaginaba que estabas preocupada por mi silencio. Así que quédate tranquila, y si no escribo más en «la sopa» no te preocupes. Tu sigue escribiendo y desahogándote a gusto. Os deseo lo mejor: a ti, a tu niña, y a todos los escritores y lectores de «Sopa de relatos». Un fuerte abrazo y hasta siempre.

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