…¡LO QUE ME FALTA TODAVIA!!

Tantos años a tu lado…

conversaciones intensas

creyendo saberlo todo…

¡sin saber lo que me falta!.

 

Cuando me voy a la cama

fabrico un cuadro sinóptico

voy colocando en las líneas

lo más importante o… poco.

 

Cambio renglones de sitio

queriendo dar preferencia

a lo más interesante…

y  colocarlo delante

 

De tachaduras, borrones

lleno el folio ya no blanco

lo ocupa todo la tinta…

ni limpia queda una línea.

 

Parece un rompecabezas

no sé a qué dar preferencia

todas son tan impactantes

cómo sorprendentes ellas.

 

Siempre quedo boquiabierta

perdida, como en un bosque

no encuentro entrada y salida

ni encuentro siquiera el centro.

 

Mire por un lado u otro

me siento desorientada

ni una brújula me guía

ni la más fugaz estrella.

 

Más bien me siento «estrellada»

incapaz de concentrarme…

termino siempre hecha un lío

sin poder «desenredarme».

 

Cada vez más intrigada

más confusa que al principio

¡tú no eres de este planeta!

te lo dije en un principio…

 

No sé lo que tú aquí haces

pero… ¡sé lo que pretendes!

y es confurdirnos a todas

con historias «indecentes».

 

No me extraña ser celosa

ni que las otras lo sean…

si nos juntaran a todas…

¡una desgracia ocurriera!.

 

Me imagino una pelea

a ver quien gana el trofeo

sin ninguna ley ni regla…

ni un árbitro en la contienda.

 

De arrancarnos la coleta

las melenas y los moños

las caras con arañazos

zancadillas…puñetazos.

 

Todo vale, todo cuenta

y tú en el palco de honor

viendo todo el espectáculo

sin hacer ninguna apuesta.

 

Y te da igual la que gane

gozarás del espectáculo…

sabrás que tú eres el premio

¡con eso quedas premiado!.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 Comentario

  1. Perita en dulce dice:

    Si estas celosa será porque no estás segura de sus sentimientos hacia ti. Si una persona te quiere de verdad, no hay motivos para tener pelusa de una amiga. Y yo no peleo por él, esto lo hago por mí. Se llama amor propio.

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