YO… CONFIESO

Estar al borde de un ataque de nervios

que he sentido, como otras veces más

la explosión de un corazón latiendo

como pocas otras más, habia sentido.

 

Confieso, haber tenido al tiempo

miedo y gozo, emoción y alegría

sin dejar de temblar y una sonrisa

incrédula y sorprendida me dejaste.

 

Confieso me dejaste muy intrigada

no sé ni cuándo dónde ni en qué fecha

como huracán, sin nombre y apellidos

que arrasa mi mente por cuatro frentes.

 

Nerviosa como nunca llevo horas…

peor que cuando he ído a donde sabes

mis piernas noto que se zambalean…

mis manos se alzan hacia mi cabeza.

 

Confieso que no estoy para estos sustos

que ya no tengo edad para sorpresas…

que en una de éstas puedo quedar «lela»

y ya ni serviré «pa» hacer croquetas.

 

Temblando me has dejado y, sigo estando

no sé si lograré dormir dos horas…

quizá en vela estaré toda la noche

mañana sentaré bien mi cabeza.

 

Que ya no soy tan niña, tú lo dices

que tengo que aprender a ser adulta

y no lo lograré con tus «ejemplos»

tentándome hacer… ¡lo que no debo!.

 

Confieso… yo confieso

que hoy estoy realmente

¡MUUUUY ASUSTADA!

(mucho de muchísimo).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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