Olor a ébano
- publicado el 29/10/2017
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Recursos humanos
¡Se la tenía jurada! Sólo tuvo que pulsar fuertemente en la cubierta del teclado aquella carta estándar de despido: ¡enseguida notó sus dedos ensangrentados, hundidos entre las puntiagudas agujas insertadas!
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- Recursos humanos - 29/10/2017