NO SÉ «QUÉ» HACER CONTIGO…

Creo que voy a matarte

no a besos precisamente

tampoco lo haré a patadas

te dejo escoger el «CÓMO».

 

Ya me tienes hasta el moño

con tantos sustos seguidos

que me tienes siempre en vilo

y soy quien me como el «rosco».

 

Pero no un «rosco» cualquiera

sino un rosco bien quemado

que me encuentro con la «habita»

y me toca a mí pagarlo…

 

Ni una sorpresa agradable

ni un anillo, ni pulsera

ni de hojalata un dedal

ni muñeco en porcelana.

 

Más bien una «c—dita»

que me tengo que comer

tapándome la nariz

para no tener arcadas.

 

A ver: escoje tu el modo

la forma en la que quieras

que te mate como sea…

aunque un «h—-» a mí me duela.

 

Te mataré poco a poco

para ver si te dás cuenta

de que a mí me estás matando

de «golpes» en mi cabeza…

 

Me estás dejando «tarumba»

conmigo estás acabando

con una «piltrafa humana» (¿te suena?)

hoy a mí me estás dejando.

 

Y en todos los «marronazos»

a mí metes de cabeza…

y a mí no hay quien me salve

mientras tú sales ileso…

 

Qué puedo hacer contigo

que a «mazos» me estás matando

voy a coger un martillo

y los «machos» te machaco.

 

A lo «mejor» ya te has muerto

la has «espichado» tú antes

y me ahorrarás ese «trago»

y salvará mi conciencia…

 

Me «c—» en lo que se mueve

en lo que está quieto también

en todos los bichos muertos (por respeto a otros seres)

y en mí… me «c—» ¡pardiez!.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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