En la pared
- publicado el 30/07/2014
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Besos
– Yo nunca me he besado. Es una de esas cosas que pesan tanto. Cuando mis amigos perdían la virginidad, yo me iba de putas pidiendolas un morreo bien dado. Lo hice dos veces » Oye tu, cuanto cobras por un beso » pero va la rumana y se niega, me sonrío y me dijo que no. Oye, que yo no soy feo eh, pero no se ha dado la ocasion de un beso, es simple ¿eh?. Una vez casi. En una discoteca, con una fea. No suelo salir los findes. Nunca lo he hecho. Dios, que asco de vida. A lo que iba. Cuando entré en la universidad la gente no se lo creía. »¿Cómo coño no vas a haber besado a una chorba?» me preguntaban. Yo me encogía de hombros. Es curioso, pero siempre he ido con el grupo de los populares, tanto en la universidad como en el instituto. Ellos eran los que se hacían a las chicas y yo miraba, y les envidiaba vaya. Los populares que os digo no me tenían mucho aprecio. Sé que pude ir con gente simpatica de verdad, con buenas personas. Gente que no eran necesariamente frikis o pringados. Pero no quise sacrificar mi imagen y no quise desaprovechar la oportunidad de ir con los guays. Bueno, que me desvío del tema.
– Por favor, hableme de sus padres, de su familia.
– Oh claro, mi familia. La familia perfecta creo, mi hermano era una de esas personas que salían de noche, sacaba unas notas de vertigo y tal. Pero a el tampoco se le daban las chicas. Lo sé de buena mano, oiga. Mi hermano era ademas buena persona. El no iba con los guays, pero iba con gente simpatica, enfin.
– Su madre.
– Mi madre, oh mi madre. Desde que nací hasta los 15 años no me separé de ella, no lo digo literalmente. Quiero decir que estabamos muy unidos, ella se preocupaba muchisimo por mi, nosé porqué, alomejor porque es mi mamá. En cuanto a mi padre, es igual que yo, soy su viva imagen ¿sabe?. El era uno de esos liberales de izquierdas del franquismo. Ahora ha cambiado la pancarta por el maletín y los juzgados por los bares clandestinos de por entonces.
– Ahá, y despues, en la universidad, ¿que tal le fué?
– En la universidad pues pasé de los populares, creo que fué porqué maduré. Bueno yo le pedía salir a una chica al día.
– ¿Incluso a las feas?
– Sobretodo las feas. Recuerdo la primera que me dijo que si, a los 20 añitos. Rosalia, se llamaba. Brakets desde los once, el pelo seco, las puntas abiertas, muy fea muy fea. Fijese si tenía que ser fea, pero no fea de » Mira esa chica, no es muy guapa» si no fea de »Oh dios mio que te ha pasado en la cara!!». Me entiendes ¿eh?. Ya, claro. Bueno el caso es que al año y medio lo dejamos.
– Y en todo ese tiempo no os besasteis?
– Negativo. Nada de besos, que no es por mí eh, es que ella tenía herpes permanente, ¿se lo he dicho ya? ¿no?. Pues eso, que a mi no me daba asco, era un problema mas bien de salud, ¿si?.
– Ahá
– Así que nada, cuando salí de la universidad, me acoplé en casa de mi madre, que se había vuelto una gruñona desde la muerte de mi padre, en paz descanse. Dos años despues, me hice gay. Yo no me sentía gay, ni me molaban los hombres, pero estaba desesperao por que unos labios rozasen los mios , es una obsesión que se te mete en el cerebro y no sale hasta que no besas… Y sinceramente no me importaba que me rozase tambien un bigote. Que mas dará , eh. Bueno pues no tuve muxo exito. Empecé a salir con un chico que vivía en Chueca . Se llamaba Rito, nunca supe de donde venía el apodo de »Rito», y jamás lo sabré. Le gustaba la musica. En el barrio la llamaban Rita »la cantaora». A la semana mi madre me vió con el y sus amigos y me prohibió volver a verles, por siempre jamás. Creo que empezaba a desvariar. Todas las noches salía. No supe a donde iba hasta que encontré una tarjetita en la que podía leerse: »Club del Pepino» y abajo se especificaba »XXX». Más tarde me explicó que era un club de alta cocina y que las tres xxx eran tres tenedores mal dibujados.
En ese momento una mirada furtiva detuvo a los dos hombres, el señor Pelaez se aproximó a el y le dió el beso mas apasionado de su vida, y el mas largo. Duro tres segundos, es decir lo que tardó el psicologo en empujarle.
CINCO MINUTOS DESPUES DE MUCHOS INSULTOS Y DE QUE EL SEÑOR PELAEZ SALIESE AVERGONAZADO DE LA CONSULTA
El psicologo ojeó el expediente del señor Pelaez y el de su familia para confirmar los datos facilitados y no pudo evitar pensar: » Joder, vaya familia: madre ninfomana, padre suicida y el hermano un millonario en paradero desconocido, pobre hombre, encima no ha dao un beso en su vida»
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pero que…..
Surrealista a no poder más… increíble…
Me gusta el estilo. Y me ha sugerido bastante un guión para una película de Almodóvar… No sólo por hablar de gays y ninfómanas, sino por cómo el protagonista ve pasar su propia historia sin saber bien cómo hacerle frente. 😉
A favor: tiene una lectura muy ágil, y es muy divertido. Cómo describe la vida el prota es casi grotesco. Realmente podría ser una peli de Almodóvar, como dice Vainilla. Y un buen final.
En contra: muchas muchas muchísimas tildes ausentes y mal puestas.