En el año 64058  d.C , Rusia, apoyada por la confederación de democracias del este (asociación belica que agrupa a todo el este de Europa, incluyendo Turquía y Afganistán) invade Francia , España y Portugal. La lucha por el poco petroleo y el agua restante lleva a la lucha entre las superpotencias. Europa es constantemente asaltada por los países del este y por los del norte de Africa.  La población actúal ha sido rebasada a 500 millones de personas. Esto se debe a la creciente emigración a los nuevos planetas habitables y a las guerras nucleares. En Africa solo el norte ha sobrevivido a la sequía y la desertización.

Caminando hacia la muerte, la novena división de artillería de la OTAN se dispone a liberar España de la ocupación Rusa.

Mark avanzaba ya entre la espesa jungla del paso de Gibraltar. Los cañones atomicos iban los ultimos del pelotón vigilados de cerca por la poca infantería que quedaba del ataque de hace unas semanas. Era muy importante defenderlos de cualquier tipo de posible ataque del enemigo, sin los cañones, estarían completamente perdidos. Él tenía ya 26 años y era cabo del ejercito Britanico, se había alistado durante la guerra con Noruega y llevaba ya 6 años luchando, sin ver ningún ascenso a sargento siquiera. Las fuerzas de la OTAN le habían convocado un año atrás para la reunión en Casablanca (Marruecos) y sin preguntarle le habían enviado al frente Andaluz. Era muy dificil no tropezar con alguna enredadera o no chocarse contra alguna palmera en aquella maldita selva . El sargento se aproximó a el, dió un largo trago a su cantimplora y dijo:

– Sabes, chico, esto hace miles de años era mar, y los pobres tenían que pasar en barco – y dió otro trago de agua.

– Señor, no creo que sea bueno malgastar el agua.

– En eso tienes razón cabo, ¿sabes a cuanto está el litro de agua en Madrid?

– No, señor – Mark había oído muchisimos cuentos y leyendas del sargento. Que si antes aquí había agua, que si aquí vivían millones de personas… solía decir, señalando el mapa de su PDA.

– A 59400,50 euros, ¿qué te parece?

– Me parece que el año pasado valía la mitad.

– Exacto chico, nos estamos cargando el planeta. Llevamos haciendolo durante años…

Mark se preguntó si realmente valía la pena proteger la Tierra, habiendo las miles de colonias que había en otros planetas.

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Seis días despúes llegaron porfin al desierto de Gibraltar, ya estaban muy cerca del frente. Todo había salido a pedir de boca, excepto alguna baja por deshidratación y un par de emboscadas por el aire. Ahora se abría ante ellos un desierto repleto de rocas. El calor les abrasaba. Mark dirigió la mirada atrás, confirmando que los cañones se hayaban en buen estado. Despúes le echó una mirada a su termometro digital: marcaba exactamente 50,4 Cº . El sargento le había dicho que años antes los humanos no eran como ahora, que no aguantaban tan bien el calor y que toleraban muy bien el frío. La unica vez que Mark recordaba haber sentido algo que no fuese calor fué cuando el era un crío, en la estación artificial de snowboard, en Manchester. Una mano se posó sobre su hombro de golpe: era el sargento.

– Bueno señoritas – dijo dirigiendo su mirada hacia el peloton – acamparemos aquí.

Todos obedecieron y depositaron sus pesados cuerpos en la fina arena del desierto. La noche comenzó a envolverles en su calido manto, y las luces de las metropolis de la Luna quedaron al descubierto. Debían estar disfrutando de un mejor clima que el de Gibraltar. Mark quedó mirando al cielo, preguntandose si de verdad aquello que contaba el sargento tenía algo de verdad. » Todo lo que te digo es cierto, chico, me lo contó mi abuelo, y a él se lo contó su abuelo y…». No, que locura. Era dificil creer lo que solía decir, como la existencía de esos animales: elefantes, pingüinos, delfines, ballenas…que estupidez, ¿quien podía creerse eso?. Una vez, mientras atravesaban el desierto de la sal, rumbo a Túnez, el sargento le había dicho »Fijate, chico, esto que ahora pisamos fué antes un gran mar, creeme que mis antepasados se bañaron en sus aguas, creeme». Mark no pudo evitar sonreir recordando aquel cuento. Más inverosimil le parecía a Mark aquella vez en la que el sargento le dijo: »Cabo, ¿sabía usted que en el año 1324 antes del Infierawells*, la Tierra estaba cubierta por una especie de capa protectora, a la que llamaban ozono?. Evidentemente no sabemos si es cierto del todo, pero toda leyenda tiene algo de verdad ¿eh?». En ese instante Mark se había echado a reir y había respondido: »Si de verdad los que vivían en esa epoca eran tan listos como nosotros, ¿porqué no protegieron esa capa?». Y el sargento se había encogido de hombros.

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Infierawells : sexta guerra mundial con gran presencia de armamento nuclear que marcó el rumbo de Europa.

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