El Orask
- publicado el 26/08/2008
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Sospecho de ti 2
Nayra
Isa no fue la única que me llamó aquella noche. También lo hicieron otros compañeros y mi novio Yong. Fue el único que vio algo positivo en aquella extraña situación.
Piénsalo, es un bisne en parte.
– ¿Pero por qué? – pregunté con perplejidad.
– Porque así comprarán otras cámaras mejores. No me negarás que estaban para llevarlas a Cuba…
Pasé por alto su comentario… Yong tenía esa habilidad de ver el lado positivo de toda clase de situación, por eso no me sorprendía que la viera de esta.
– Yong, no solo han robado las cámaras, sino las sillas y las mesas…
– Son unos ladrones muy raros, sí – rió porque le parecía muy gracioso el simple hecho de las que robaran.
Yo no pretendía que viera la situación desde mi punto de vista, mi intención era que se diera cuenta de algo que llevaba días comiéndome la cabeza:
– Oye… no te he contado una cosilla.
– ¿Has sido tu la que has robado las sillas y mesas? – volvió a reír.
– Erika y yo nos quedamos capturando en el aula de Multimedia después de clase.
– Dejó de reír. Menos mal que se toma algo en serio. Aunque me extraña porque está al tanto de mis sospechas hacía nuestra compañera de clase.
– Explica. – dijo finalmente con una nota de resignación en su voz.
– Estuve capturando con ella hasta las tres porque tenía que ir a buscar a Tina a la guardería.
– O sea que se quedó ella sola…
– Así es – asentí con la cabeza.
Se produjo un silencio cargado de incertidumbre porque Yong podía ser tan positivo como imprevisible.
– Cielo, ya hemos hablado de esto y no quiero que te hagas ideas raras en la cabeza…
– ¡Yo sé lo que vi aquella vez, Yong! – exclamé indignada -Han estado pasando cosas raras en la academia desde que llegó Erika.
– Aquella vez habías dormido dos horas y posiblemente te quedaste sopa en la clase de Elías… (cosa que vería completamente normal).
¿Por qué le costaba tanto creerme? Vale que lo que vi rompe las leyes de la física, pero… ¿También le cuesta, aunque sea un poquito, sopesar lo que ha pasado últimamente?
– Yo sé lo que vi, Yong… y por estoy muy mosqueada.
– Comprendo que estés mosqueada pero no puedes acusarla sin tener pruebas. Si es cierto lo que viste, deberías prestarle más atención.
– ¿Más de lo que hago?A veces me da la sensación de que ella sabe que sospecho.
– Porque no paras de mirarla – dijo Yong soltando una carcajada – Sino fuera por que estás conmigo, no me extrañaría que llegara a pensar que estás enamorada de ella. Aunque nunca se sabe, quizás lo estés y no lo sabes.
Solté un suspiro cargado de frustración.
– Mira Yong, si vas a cachondearte de mí por esto, te cuelgo y hablamos mañana.
Soltó otra carcajada y colgó.
La madre que lo parió.
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