En algún lugar



En algún lugar que solo tú y yo conocemos, que solo tú y yo amamos.

En aquel sitio en el que ocurrió nuestro primer abrazo, susurro o caricia,…

Un lugar especial donde los haya, con sus fallos, si, pero emotivo para ambos.

Allí donde los dos pudimos amarnos y respetarnos hasta que la luz se apagó.

La luz se apagó porque uno de los dos quiso, ese mismo que decidió que no debía luchar contra una sociedad teñida de homofobia, xenofobia y racismo.

Aquel que no se atrevió a luchar contra la marea y la corriente por un sentimiento que, por mucho que negara, al final de su vida se vio obligado a admitir que nunca había olvidado.

Hoy hace demasiado tiempo para acordarme de ese tipo de noches en las que soñé que estarías al lado mío por y para siempre, en las que me sentía protagonista de un cuento en el que no había princesas, si no dos príncipes azules que creían que se necesitaban uno al otro.

Pero, no puedo olvidar tus labios presionando los míos, tus manos traviesas ni las sonrisas cómplices que nos mostraban lo bonita que era la vida cuando estábamos el uno con el otro.

Me sentía abrumado por el caos que la existencia me hacía destilar gota a gota, paso a paso para después arrebatarme cualquier vestigio de tan preciada esencia, con olor a azahar y a rosas rojas.

Sentía que me estremecía cuando la brisa me traía el olor de aquel varón al que tanto había querido.

Las estrellas morían.

Un niño dibujaba su sonrisa en medio de una turbia e intensa oscuridad que hacía que desapareciera toda claridad hasta entonces existente en aquel lugar.

Y esa risa se vio interrumpida por el llanto sonoro del mismo niño, que no quería que aquello terminara.

Todo lo que empieza dicen que acaba,…

Y es que, la muerte de un mundo creado por y para ese amor se avecinaba, y todo lo que pertenecía a ese lugar sabía el futuro que poco a poco se le echaba encima sin ningún reparo.

La oscuridad producía el ahogo de la vegetación,…

Y aquel mundo, se acababa de morir, acababa de ser olvidado por su dueño, acababa de someterse al poder omnipotente de las tinieblas.

Olvidé olvidar lo que nadie quiso que yo olvidara.

Olvidé olvidar esa sonrisa que solo tú me dabas.

Olvidé olvidar el recuerdo de esa noche junto a tu ventana.

Olvidé la tristeza.

Olvidé el llanto de la noche que se acababa.

Olvidé olvidar que solo tú me amabas.

1 Comentario

  1. narf94 dice:

    Espero que este a la crítica le guste más-

    Un saludo a todo el que lo lea

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