El beso

*Dedicado a mi primer beso. Esto no entra estrictamente dentro de la categoría de «relato», espero que a nadie le moleste*

La miré. Me miró.

            El corazón comenzaba rauda su sacudida y todo se volvió muy frío. Las paredes se tornaron pálidas, el suelo presentó un semblante azul polar, el viento paró en seco, los océanos, montes, valles, páramos; todo murió al instante de frío. Sólo permaneció algo de calor y de vida en la tierra. Algo importante iba a suceder.

            En algún recóndito lugar de entre la inmensidad de la naturaleza, en vida una llama se encendió. Avanzamos el uno al otro sigilosamente a la par que con delicadez, para no convertir un momento mágico y duradero en algo fugaz, aunque esa suerte no dependía, ciertamente, de nosotros.

Nuestras cabezas seguían acercándose, estudiando los movimientos del adversario en fracciones de segundo. Comenzaron a ladearse mientras subyacía la mirada impávida y a la vez misteriosa y tierna del instante de antes.

            Seguimos avanzado en el frío abismo.  ¿Porqué había muerto la naturaleza? ¿Cuál era la causa? ¡Cuan caprichoso resulta el destino! Mas por la razón que fuere en nosotros el calor pervivía. Un calor mágico y tierno, inefable, placentero.

            Llegamos al punto de inflexión. La mirada paradigmática se centró en los labios del contrario y dejó a un lado los ojos. Era un juego de cartas. No deseas que descubran que posees la mejor mano para ganar la mayor apuesta posible. Ocultarás tu mano con todas tus fuerzas… hasta que llegue el gran momento. Ella sabía que mi mano era buena, pero se arriesgó con trucos y faroles. Yo preferí la honestidad y confié en la suerte. Cuan equivocado me hallaba. La suerte es la que uno se busca denodadamente.

            Nuestros labios seguían en el punto de mira y, entonces, llegó mi turno. Perdí de vista los labios y ella perdió de vista los míos. Destapamos nuestras cartas a la vez que cerrábamos los ojos y vivíamos el amor, el calor, una sensación… “beso”, sí; creo que es así como lo llaman. Mas no un beso de placer: un beso de amor. Indescriptible, sencillo. Una expresión física de un hecho inmaterial: perfecto.

Su respiración entrecortada, presa del placer, se fusionaba con la mía para conferirnos una nueva forma y convirtiéndonos en un mismo ente. El cosmos entero se volvió más frío aún por un instante para transferir todo el calor y la vida en nuestro cálido beso, o así lo percibíamos. Al acabar, como una violenta explosión un estruendo recorrió el mundo para revivir a la naturaleza tras nuestra catarsis.

Gané, mi mano era la más alta.

4 Comentarios

  1. acubo dice:

    INCREÍBLE. Desde el primer momento preparas las frases, las conviertes en un tejido que te prepara para un final avisado, y no por eso, deja de sorprender. Recorre el espinazo y hace sentir lo que es el beso en sí. Brillante 🙂

    1. Muchas gracias Acubo! Esto fue escrito ya hace algún tiempo, pero me gustaba mucho y decidí ponerlo. Por favor, no dejes de avisarme de tus post para que los lea, lo haré con mucho gusto =)
      Saludos

      Hageg de Bofilla
      http://desdichadosporlosrum.wordpress.com/

  2. Lascivo dice:

    Logras que sea muy intenso, te felicito. Aunque (y esto es cosa personal mía) creo que el género romántico está muy manido, echo en falta una vuelta de tuerca, algo que lo vuelva a hacer original (y esto no va por ti, es lo que me viene a la mente cada vez que vuelve a publicarse un relato romántico). En fin, que estoy pensando en voz alta xD

    Creo que es tu primer relato aquí, así que ¡bienvenido! ^^

    Espero leerte más, ¡un saludo!

  3. sibisse12 dice:

    Me gusta, me gusta, creo qeu logrars meter a quien te lee en tu historia 😉

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