Sopaderelatos
- publicado el 24/07/2018
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Otra copa
Me llamo Tomás y soy alcohólico, pero no anónimo, sino público. Todos en mi barrio conocen mi afición al tinto, a la cerveza, en fin, a todo lo que tenga principalmente alcohol. Incluso bebí alcohol de curar heridas en la mili. La mili… fue en Ceuta y, por aquél entonces, yo no tenía esta tripa tan desarrollada ni el pelo con canas. Los ojos me brillaban de ilusión y, ahora, sólo brillan cuando he bebido mucho, lo que sucede muy a menudo…
Como te decía mi nombre es Tomás y por una copa te cuento mil historias. También se chistes verdes, aunque nadie me escucha cuando hablo con la lengua pastosa… Ni siquiera el camarero que me sirve las copas presta atención a lo que digo, pero está muy atento si intento irme sin pagar… Siempre me emborracho en el bar que hay al lado de casa porque, si no acierto a volver a ella, seguro que encuentro un vecino amable que me acompaña… pese a mi aliento a anís.
-Chaval, otra copa de anís.
-Marchando, don Tomás.
Fin
Firmado: Rafa Núñez