William pierde un caso (Secuela de «El error de Maggie»)

WILLIAM PIERDE UN CASO

 

En el RMS Queen Anne, año 1916, en uno de los camarotes principales de primera clase, es donde ocurren los actos.

Personajes:

-Andrew Darfor: 33 años. Rico banquero, marido de Lorraine.

-Lorraine Darfor: 37 años. Rica y adinerada hija única, mujer de Andrew.

-Mary Simons: 22 años. Criada de los dos anteriores. Aparece asesinada.

-Edward McArdell: 54 años. Barón de Moutchfaiss. Amante de Mary.

-Satine Bessette: 26 años. Pasajera en el barco.

-Alice Rotwood: 62 años. Rica condesa viuda de Banham.

-William Hughs: 44 años. Detective asesor. Protagonista.

-Rita R. Winslet: 31 años. Escritora y periodista.

 

Es una mañana de abril de 1916, concretamente en el puerto de Liverpool. El RMS Queen Anne va a partir hacia Nueva York con más de dos mil trescientos pasajeros. Los pasajeros de tercera clase, han dejado sus maletas y han subido a cubierta para respirar el fresco aire de la primavera, los niños juegan. El gran barco tiene más de mil seiscientos camarotes (los de tercera clase comparten), y una extensa cubierta. Nuestro protagonista William Hughs, se muda a Nueva York para instalar allí una agencia de detectives y también porque ha sido contratado para un nuevo caso. Es un hombre de piel curtida por el sol, alto, fuerte y de expresión fría. Finalmente la gente despidiéndose de los suyos entre sollozos y ondeantes pañuelos ve zarpar el barco.

William llega hasta su camarote a colocar todo lo necesario para el trayecto. A su lado se halla el camarote de Edward McArdell, un rico barón que viaja solo. En frente del mismo el de la condesa Alice Rotwood, mujer de armas tomar y apariencia de arpía.

El ruido del salón principal llega hasta los oídos de William que al no poder concentrarse al escribir el análisis psicológico de un cliente se marcha de su camarote dispuesto a subir a cubierta, para así, fumando un puro pueda tranquilizarse un poco.

Pronto llega la noche, y en el comedor principal de primera clase, un eco tranquilo y agradable de música clásica, todas las copas apiladas, platos de porcelana, y cubiertos alineados; todo parece perfecto. Hasta que, se escucha un grito. El grito de una mujer al final de los pasillos de los camarotes. Todo el comedor se revoluciona mientras los camareros piden a la gente que se tranquilice.

Este grito ha procedido del camarote nº 18, el de los Darfor (familia rica de banqueros que acaba de arruinarse por la afición de Andrew al juego, y busca resurgir en América), concretamente Lorraine Darfor con una tesitura de soprano lírica es quién causa el estruendo. William se levanta de la mesa y va camino de su camarote a por su pequeña cámara.

Cuando llega al camarote Darfor, ve a una joven tendida en la cama. Mary Simons la criada de los Darfor parece haber sido asesinada; más bien parece un suicidio pues el cadáver no presenta signos de forcejeo. William comienza a tomar algunas fotografías del cadáver y de la estancia. El cadáver exhibe una gran cantidad de opio en la cavidad oral y un poco de ceniza de puro en el camisón blanco.

La entrada a la sala se ilumina como una luz celestial, aparece una joven, alta y delgada, morena de ojos verdes; se llama Rita Rose Winslet, de unos treinta años, que es una reputada escritora y periodista de Londres. Ella comienza a tomar algunas fotos del cadáver. Toma también algunas anotaciones en una carpeta. Sonriendo a nuestro detective (William) se marcha con un movimiento de caderas.

Tras este episodio William se retira de nuevo, mientras la tripulación se lleva consigo el cadáver de la joven Mary. William no deja de dar vueltas al opio y a la ceniza del puro, son las únicas pistas que tiene. Toma una decisión determinada: entrevistar a los principales sospechosos que se hallaban fuera del comedor a la hora exacta de la muerte, y las personas de primera clase, allegadas a la víctima.

Comienza por interrogar a Andrew Darfor, señor de la víctima. Es un hombre de apariencia no muy agraciada, alto y escuchimizado, antiguo dueño de una fortuna.

-Tome asiento por favor, Sr. Darfor. -dice William-

-Gracias, Sr. Hughs, es muy amable al investigar el asesinato de mi criada. -dice Andrew-

-Aquí nadie ha hablado de asesinato, ¿dónde se encontraba usted a la hora de la muerte de Mary Simons?

-Mi esposa y yo… habíamos salido a tomar un poco el aire a cubierta.

– ¿Tenían su criada y usted una buena relación?

-La que pueden tener un señor y una sirvienta…

– ¿Sabe quién podría tener algún cargo pendiente contra Mary?

-No, en absoluto, era muy buena chica. Guapa, eficiente… en fin lo que se esperaba de ella.

-Muchas gracias por su colaboración Sr. Darfor.

-A usted Sr. Hughs, espero que encuentre al canalla que asesinó a la pobre Mary. Por cierto, ¿tiene usted un puro a mano? Creo que olvidé mi caja de cerillas…

-Ahora mismo no, lo siento de verdad Sr. Darfor.

Andrew se retira del camarote de William, este hace llamar a Lorraine.

-Tome asiento por favor, Sra. Darfor. -dice William-

-Gracias Sr. Hughs, es muy amable. -dice Lorraine-

– Comenzaré con unas preguntas sencillas, ¿dónde se encontraba usted a la hora de la muerte de Mary Simons?

– Yo y mi marido habíamos subido a tomar el aire a la cubierta. Aunque él se marchó antes que yo.

-Interesante… ¿Tenían su criada y usted una buena relación?

-La verdad no, tuvimos problemas en Inglaterra, desafortunadamente encontré a la rame… en la cama con mi marido. Pero nunca atentaría contra su vida, sinceramente mi marido ya no me desea como antes. Tan sólo busca la compañía de jovencitas…

-¿Sabe quién podría tener algún cargo pendiente contra Mary?

-Sinceramente no, a menos que hubiese hecho algo que lo mereciese. La chica era realmente obediente.

Lorraine se retira a su camarote y William coge unas hojas donde apunta todo lo necesario. Más tarde se acuesta.

Conclusiones: El Sr. Darfor fuma habanos, de ceniza tan negra como el encontrado en el camisón de la víctima, pero no ha podido atentar contra la vida Mary. La Sra. Darfor pese a los altercados en el pasado no resulta ser sospechosa.

Al día siguiente, después de desayunar William cita en su camarote a la condesa Alice Rotwood. Una mujer algo mayor, de unos sesenta años, pelo cano, anteojos y un bastón para apoyarse.

– Tome asiento por favor, mi Lady. -dice William-

-Gracias, Sr.Hughs. -dice Alice-

– Comenzaré con unas preguntas sencillas, y si me es tan amable contésteme con sinceridad, ¿dónde se encontraba usted a la hora de la muerte de Mary Simons?

-Había terminado de cenar muy pronto, no me gusta mezclarme con los nuevos ricos. Así que decidí ir al salón de las damas nobles.

-Magnífico… ¿Tenía su excelencia y Mary Simons una relación?

-Creo que no, una condesa nunca se mezcla con la plebe, menos mal que ha muerto, un problema menos…

-Gracias por su dedicación y tiempo mi Lady, permítame acompañarla.

Los dos se levantan, William abre la puerta y Lady Alice se marcha. Seguidamente hace citar a Edward McArdell, este trae compañía.

-Disculpe, ¿quién os acompaña señor? – dice William-

-Es mi prometida, Satine Bessette. – dice Edward-

-Está bien, les entrevistaré a los dos. ¿se encontraban a la hora de la muerte de Mary Simons?

-Mi querida Satine me esperaba en la cama cuando yo volvía de… charlar con el capitán.

-¿Tenían ustedes y Mary Simons una relación?

-Tan sólo una amiga, viajábamos juntas -interrumpe Satine-

-Yo sinceramente… ninguna relación.

– Saben quién podría tener algún cargo pendiente contra Mary?

-Yo tendría una razón, intentó robarme a mi prometido. Pero lamentablemente no fue así.

-Bien, gracias por su consideración. Les acompaño a la puerta.

Ambos prometidos se marchan y William queda solo. Más tarde, redacta de nuevo las conclusiones.

Conclusiones: Alice Rotwood es completamente inocente, pero sospecho de los «enamorados». Sin embargo, no sé de donde pudo salir aquel opio.

William va al comedor de nuevo porque es la hora de la comida. Saciado su apetito se marcha a la zona de fumadores y comienza allí a charlar con alguno de los hombres que están jugando a las cartas. Cuando llega a su camarote, sobre la cama se encuentra una pequeña nota, en ella pone:

«Buenas tardes Sr. Hughs creo que no me ha entrevistado, me encantan las entrevistas, por favor dadle vuestra respuesta a Charles, el camarero que normalmente sirve la cena.»

Fdo:

La escritora.

 

William atiende a la nota y responde «¿Quién eres?», a la hora de cenar le entrega al camarero la respectiva nota con la respuesta. Después de cenar se retira a dormir. Un nueva nota aparece en su cama, esta dice:

 

«A las diez en mi camarote, nº16»

Fdo:

La escritora.

 

William ahora descubre que quien le escribe es Rita, la escritora, así que espera con impaciencia que el reloj de las escaleras con su estruendoso tintineo marque las diez. Finalmente suena el reloj y William corre a toda prisa dos pasillos para encontrar el camarote de Rita. Cuando llega, llama a la puerta con los nudillos. Esta se abre sola y William procede a entrar en ella. Se encuentra a Rita con un pequeño camisón y sin nada más de ropa encima.

-Pase sin miedo Sr. Hughs, está en su casa. -dice Rita-

-Procedamos con la entrevista… es para lo que he venido -dice William-

-También podemos charlar… (dice con cierto tono coqueto) o jugar…

-No he venido para eso, procedamos con la entrevista.

-¿Ha tenido usted algún trato con Mary Simons?

– Sí, por supuesto. Fuimos compañeras de tren , y luego coincidimos aquí. Era una chica algo peculiar, me contó muchas cosas.

-¿Qué me puede decir del opio y de la ceniza encontrados en su cadáver?

 

-El opio, una droga muy fuerte que puede llegar a hacer perder la cabeza; y la ceniza… de un habano de buena calidad.

 

-¿Mató usted a Mary Simons?

-No intencionadamente, ella me lo pidió.

-¿Se da usted cuenta de lo que ha hecho?

-Por supuesto, salvar su vida. Permítame acompañarle a su camarote.

Tomando una de sus lámparas golpea a William en la cabeza, dejándolo un poco aturdido. Esta toma su abrigo y corre hasta la cubierta perseguida por nuestro detective, pero esta se lanza al gélido océano, primero haciendo un gesto de despedida (le lanza un beso).

Él, algo confuso regresa a su camarote donde se encuentra una carta que abre a toda prisa y comienza a leerla con detenimiento:

«Estimado Sr. Hughs, no fue Andrew quién asesinó a Mary, como usted pensó al principio, sino que ella me lo pidió, ya que la muchacha sufrió maltrato por parte de este varias veces. Por último su amante el barón de Moutchfaiss se había dedicado a engañarla con la idea de comprometerse y sexualmente con la pasajera Satine. Ella recurrió a mí como una simple amiga porque no tenía más opción que el suicidio. Si quiere culparme a mí, hágalo, solo que yo ya estaré muy lejos de aquí con una nueva identidad. Os recordaré siempre como el hombre de mi corazón, Will»

Fdo:

 

Rita R. Winslet

 

William comprendió en ese instante el ardiente deseo de amor que no había experimentado nunca, atraído por la astucia e inteligencia de Rita, llevó consigo siempre su cámara y su cuaderno de notas. Finalmente testificó que Rita había muerto y que el asesino de Mary fue nada más y nada menos que ella misma al verse engañada por el Barón de Moutchfaiss.

Rotine Drifango
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2 Comentarios

  1. newowen dice:

    Vaya , vaya ¡Una antagonista para nuestro detective! Bien, veremos qué aventuras les esperan.

    1. Rotine Drifango dice:

      Muchisiiimas gracias por leer 🙂 Sí, empezaré a trabajar en la tercera parte jajaja

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