6:24:35, tren a Ciudad Salada
- publicado el 04/09/2019
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Tempus
Al entrar en el callejón se encuentra, sin quererlo, con un reloj de bolsillo con la hora detenida. Lo recoge ansioso del suelo y lo inspecciona con detenimiento. Se trata de un modelo muy sofisticado, con finos ornamentos y una pequeña inscripción ininteligible.
Sus dedos, que parecen tener vida propia, comienzan a dar vueltas a las manecillas. En ese preciso momento una ráfaga de viento le envuelve; filtrándose entre los pliegues de su piel, buscando los segundos perdidos.
El reloj cae al suelo y en la inscripción se puede leer: tempus fugit.
Y es que el tiempo lo devora todo.
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Me ha gustado mucho. Buen relato. 😉 Suerte.
!Muchas gracias! =)