El aliento del dragón

Antes de exhalar su último aliento, el dragón, tendido de costado sobre la grama ensangrentada, miró directamente hacia el sol. Abrió cuanto apenas sus fauces y, ante la atónita mirada de los soldados que lo habían abatido y ahora formaban un anillo de plata a su alrededor, emitió un extraño sonido gutural… Algunos creyeron oír la palabra «Madre».

Al día siguiente comenzó a nevar con tal intensidad que, en pocas horas, el reino quedó anegado bajo un inmenso manto blanco que arruinó todas las cosechas del estío.

Nelo
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