Solo una mirada...
- publicado el 19/01/2014
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Mi mejor amigo Tom
Me lo había prometido y cada día esperaba que cumpliese su palabra… Todas las noches trepaba por la ventana de mi cuarto hasta el tejado donde me tumbaba mirando a las estrellas. Al principio mi mamá se enfadó mucho cuando se enteró de que subía al tejado, pero mi papá le dijo que lo que yo hacía era «solo-un-crío»; no sé lo que significa pero mi papá siempre llama así a todo lo que hago.
– Tengo que ensuciar el doble de platos porque su amiguito Tom tiene que comer también… -decía mi mamá en la cocina cuando se pensaba que yo no estaba escuchando.
-Ya se le pasará Cristina, es solo-un-crío.
Al parecer un día se cansó de reñirme y decidió que me vendría bien una manta en el tejado.
Yo no soy un niño desobediente normalmente (no más que Diego o Emma que nunca escuchan a la profesora), pero cuando lo que me dicen los mayores tiene que ver con Tom nunca les escucho. No me importa que me digan que no existe, o que se rían de mi «amigo invisible» como le llamaban papá y mamá; de todos modos Tom ya me dijo que eso pasaría el día que nos conocimos, así que me daba igual.
El día que Tom se fue no lloré. Me daba mucha pena, pero él me prometió que volvería y Tom siempre cumplía sus promesas. Muchas noches me dormía pensando en lo tonto que fui por no preguntarle cuándo volvería… pero sabía que lo haría antes o después porque él no puede mentir.
Le conocí una noche en la que me había propuesto trepar por mi ventana… pero no me atrevía. Igual que hice las noches anteriores me asomé por la ventana mirando el cielo; pero esta vez vi una estrella fugaz enorme y me quedé con la boca abierta. Antes de que me diera tiempo a cerrarla apareció Tom en el tejado. Corriendo metí la cabeza para dentro y me hice un buen chichón… con lo que me dolía casi me olvidé de que había visto a Tom (yo aún no sabía su nombre y me daba un poco de miedo), pero cuando se me pasó volví a mirar afuera y allí seguía mi amigo (todavía no éramos amigos claro).
Tom es todo marrón y se parece mucho a mi amigo Diego excepto por el color y porque no lleva ropa. Diego muchas veces se quita los pantalones en el recreo pero el resto del tiempo va vestido, sin embargo Tom era todo piel lisa y brillante. Tom no tiene cara, por eso me asusté un poco la primera vez que le vi, pero en seguida me acostumbré. Aunque no tenga boca ni ojos siempre sabes si está contento o triste y me habla desde dentro de mí.
Antes de que Tom llegara yo siempre estaba muy triste porque mi papás me dijeron que no podía volver a ver a mi abuelito. Yo no lo entendía y me escapaba muchas veces para ir a su casa a buscarle, pero él ya no estaba. Al principio nadie me habría la puerta y miraba por la ventana y no se veía la luz de la cerilla en su pipa. Sin embargo, la última vez que fui a buscarle me alegré mucho porque desde lejos vi que había una la luz encendida; fui corriendo a la puerta y abrí ansioso por verle… pero en lugar de mi abuelito había dos niñas que se asustaron mucho al verme y una mamá que me llevó a mi casa. Ese día no dejé de llorar hasta que se me ocurrió salir por mi ventana…
Tom me explicó dónde estaba mi abuelito y me dijo lo que él quería que hiciera para hacerle feliz. Resulta que mi abuelito estaba muy triste porque me veía triste aunque yo no le pudiera ver a él. Desde entonces Tom siempre me seguía a todas partes y me vigilaba para que yo estuviera contento, me animaba siempre a jugar con mis amigos y me ayudaba a no enfadarme con Emma cuando me tiraba del pelo (Tom me explicó que era la forma en la que Emma mostraba cuánto le gustaba estar conmigo… pero yo nunca he tirado de los pelos a Diego).
Hace ya muchos días que Tom se fue, me dijo que había otros niños que le necesitaban para no estar tristes como estaba yo antes, pero que volvería. Me lo había prometido y cada día esperaba que cumpliese su palabra, pero ya no voy a esperarle.
Si algún niño triste lee esto y está ahora con Tom, por favor decidle que ya no hace falta que vuelva. No estoy enfadado con él y siempre será mi mejor amigo, pero mi papá se ha puesto muy malito estos días y tengo que ayudar a mi mamá a cuidar de él. Mi papá quiere que yo siga siendo sólo un crío (ahora ya le entiendo) y no quiere que lo vea tan débil, pero sé que le encanta pasar tiempo conmigo y yo solo quiero poder estar con él.
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