La rosa blanca

Ella tan solo caminaba,

por los pasillos de su alma,

los pasillos que amaba,

noche tras noche en su cama.

Un día amaneció sola,

sola con su almohada,

la despertó el calor de un cuerpo que extrañaba,

Se fue sin decirle una palabra,

solo le dejo a su lado una Bella rosa blanca,

y una nota con un par de simples palabras que decía;

“mi bella dama, me aparto de tu cuerpo que amaba, día tras día y noche tras noche en tu cama, saboreando los néctares de tu alma,  te quiero pedir perdón por qué tengo que seguir los preceptos de otro amor…”

aixa canosa
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