Gente en el cielo

Nunca sabremos su nombre ni su realidad, ya que la realidad es un juego para perderse en lluvias no reales. Nos miran desde el cielo como gárgolas iracundas sin sentimientos. Nos miran y presumen el no estar aquí con nosotros. Almas tan afortunadas como estatuas eyaculadas por la eternidad, no son frágiles ante el llanto de los pensadores. En la tierra solo caminamos hacia la muerte, el mejor regalo que la vida nos ha dado. Creemos escribir sensaciones sin conocer el significado ni el porqué de las situaciones. Hay un hombre viéndonos mentir, analizando las creencias blasfemas con las que golpeamos el suelo al fracasar. Somos  escoria vulnerable de nuestras emociones, mientras la gente en el cielo solo calla, calla y sigue volando.

Rafael Almazan
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