03:00 A.M.
- publicado el 18/11/2013
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El camino hacia tu montaña
Toda mi vida esperando una señal. Una señal divina, un acontecimiento majestuoso que hiciera de mi existencia un propósito de vida. Buscaba sin encontrar, algo. Esperando tras treinta años, encontré una señal, que entró en mi ser con la fuerza de un meteorito. A partir de ahora, mi vida y todo lo que me rodeaba, tenía sentido. Antes, miraba a través del balcón de mi casa y solo veía edificios, personas caminando sin andar, oscuridad en el sol y carreteras petrolíferas. Ahora veo más allá. Observo, disfruto y paladeo desde ese mismo balcón, la preciosa y pequeña montaña que hay frente mis ojos. Llena de árboles y naturaleza sublime, como si la acabaran de poner allí. Ahora veo la luz del sol en todo su esplendor, veo más allá de los caminos de las personas y los horizontes de las carreteras. Esa señal y descubrimiento que hice y me costó más de un cuarto de mi vida, estaba dentro de mí. Esa majestuosa montaña verde y llena de vida, no estaba fuera, estaba dentro de mí. Tan lejos y a la vez tan cerca, que era incapaz de encontrarla. La curiosidad mató al gato, la mía, hizo encontrarme a mi mismo.
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