Café Por favor…

Sentado ante la pequeña mesa, en esa gran ciudad que engullía a hombres y mujeres por igual, con ambas manos tomé la taza que…

– ¿Más café señor?
– ¿Eh?, ¿qué?
– ¿Que si le sirvo más café?
– Este sí, gracias

El mesero inclina un recipiente y abastece la taza, da la media vuelta y me deja de nuevo a solas con mis pensamientos. Estoy de nuevo en el corazón de la modernidad e intento dibujar mis reflexiones; Torcido y abrumado sólo tengo una certeza: Para entibiar el Alma siempre habrá más Café.

Fin

Sup Tupa
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