Crónicas de un Requiem anunciado

Volverán porque no vuelves
las plumas, la arena y los cristales de colores
a suavizar las astillas de tus costillas
cuidarán de tus pulmones secos
y romperán la sal con riñas,
para que no te arañen.

Velarán por tu aliento
que espira y no complace.
Ornamentarán para romper
estructuras visibles inservibles
por reposar en la madera
que vibra y canta,
fiel a sus astillas y timbres
de garganta.

Se cuidarán del cristal y el metal
que a flores buscan novia
con la que decorar,
amigos, la carrera, un sofá, otra.

Un poco más,
la piedra
que no es magma,
que no borbotea
y mantiene alejado a los fantasmas
de la otra orilla
del río de lava.

No falta
espuma blanca,
ni sobran
nubes negras.
Todo irá bien
porque de  las piedras
ya se encarga la tierra,
la mar
y el tiempo que te permiten tenerlas.

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