INCENDIO

INCENDIO

 

 

Cuerpos sedientos, arden en la tarde.

Pasión ofuscada que suave estalla,

como eterna sangre que hambrienta aúlla,

la razón confunde y la carne prende.

 

La vida y la muerte que se penetran.

Conjunción de opuestos nunca encontrados,

dos navíos sin puerto, encallados,

azarosos náufragos que se aman.

 

Pequeña muerte de la que se dice,

que tras ella se atisban goces tales,

que no existe dolor, placer, ni trance,

 

como el breve viaje en el que se pierde,

la atadura más torpe de la muerte,

y el alma de la vida se desprende.

Mariano
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