Placeres de juventud tardía

Regalándote loca mi virtud

tras haberte buscado en universos,

recorres presto y diestro senos tersos

con sendas suavidad y exactitud.

 

Quién diría, a pasada juventud,

podría consumar sueños perversos;

Disfrutando en ti placeres diversos,

dormidos hasta entonces en quietud.

 

Bendito este placer y esta locura,

quienes me hacen buscar como turbada

los dedos que acarician con ternura.

 

Mi alma, cadera en sensación tornada,

desea de tu sexo fiel tortura

y llenarse y sentirse rebosada.

 

C. Almenara
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