A mi hijo (y II)
- publicado el 20/02/2014
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Mirando a la mañana de tus ojos
Mirando a la mañana de tus ojos,
que sin miedo se enfrentan con los míos,
mordiendo mi piel tus pezones rojos,
agito el mar y desbordo tus ríos.
Mis pasos sin los tuyos andan cojos,
tus pasos sin los míos van sombríos,
y entierra la semana sus despojos
si se encuentran tus dedos con los míos.
Despierto tu manzana de pecado,
y juego a rimar entre tu cadera
con mis valientes piernas de soldado.
Y te espera al rozar la primavera
tu poeta, y este aliento enamorado
te ama como si fueses la primera.
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