Fui yo la víctima

Amor, era una mujer desesperada, mis celos eran crecientes cada vez más y tu traición era mi pena. Que haría yo aislada en casa preocupándome por ti, atendiéndote, aún sabiendo que me engañabas? A ella le compraste todo lo que a mi me negaste, a ella la hiciste sentir amada mientras yo me carcomía sola y lloraba tu ausencia, yo no soy la asesina sino tú. Con tu desprecio y humillación asesinaste mi corazón, mataste lo que un día fui, aquella mujer llena de sueños y alegría.

Y ahora, aquí estoy escribiendo esta carta para que el mundo sepa que fui yo la víctima y tu el sanguinario. Tuve que arrancarte las manos pues nunca me acariciaban, tuve que cortar tu miembro porque ya no me hacías el amor, tuve que rasgar tu boca porque ya no me pertenecía.

Amor te amé pero ese fue mi castigo, en un mundo donde tenía que aparentar ser la esposa perfecta y tu el marido leal, era yo más bien la mujer que por dentro se enfermaba de celos al descubrir tu romance con mi propia hermana y tu el hombre mentiroso e infiel.

Amor ya no se quien soy, y de eso te culpo solo a ti.

 

blanca
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