TE PONDRIA…

Un sol brillante en tus despertares…

maravillosos ocasos en tus atardeceres,

el verde intenso de los prados sembrados

el azul inmenso de los cielos y  los mares.

 

Alfombras de rosas que pisases.

Sonrisas en la gente que cruzases.

Palabras  tiernas que escuchases.

Texturas amorosas que tocases.

 

Mariposas revoloteando a cada paso,

pájaros trinando en todos los árboles,

amapolas rojas saliendo a tu encuentro,

ardillitas «culo en pompa» jugueteando.

 

Como cantos… perlas en tu camino,

centenares de tréboles de cuatro hojas,

en tu playa arena de polvo fino de oro,

aguamarinas en el mar que te bañase.

 

Peces de colores en un gran acuario

que relaje tus momentos de cansancio.

La brisa suave que por tu balcón entrase

que acariciando tus sentidos te calmase.

 

Sueños de cuentos de hadas por la noche

y durante el día en realidad se convirtiesen.

Un caballo con alas de zafiros y diamantes,

para viajar al lugar donde a tí te apeteciese.

 

Una cómoda orejera de plumas y de seda,

una lámpara con un millón de luciérnagas,

llenar tu librería con tus poetas favoritos

y deleitándote en su lectura… te perdieras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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