Sin retorno

Cuando el viejo grito: ¡quien anda ahí! Santiago se oculto detrás de la puerta de la habitación, llego a escuchar los pasos del viejo acercarse hasta la puerta donde estaba escondido; podía sentir su aliento jadeante y su escasa respiración, solo pasó de largo, y Santiago suspiro de alivio. Pero lo que le preocupaba era la hora, al mirar el reloj que marcaban las 22hs de la noche, no puedo demorarme dijo Santiago con ademan de intranquilidad .Adentro de esa casa había algo para liberarlo de esta vida insignificante y atormentadora que hizo de él un infierno. Revoloteo todos los cajones de la habitación y nada encontró, lo único que quedaba por buscar sin perder más tiempo era la habitación del viejo; cuando fue para allá, una cosa se le cruzo y logro ver tarde lo que era, lo piso y el gato gimió tan fuerte como si fuese que sabía y sospechaba lo que hacía en la casa de su amo. El viejo inmediatamente estuvo allí, lo vio, con una risa demoníaca comenzó a decirle: sé lo que buscas y es demasiado tarde, ¿no te párese? Mientras le mostraba el reloj junto a la llave.
Le dejare un recuerdo a tu amada de tu parte, dijo esas últimas palabras clavando un cuchillo, abriéndole el pecho y sacando su corazón, empezó a jugar y darle forma de una llave.
Aquella noche, Santiago reencarno en el sueño de carolina, ella ya sabía después del sueño quien lo había matado; además le mostró donde el viejo realmente escondió la llave. Podría ser las pistas suficiente para que ese viejo este encerrado hasta su muerte en su propia casa; aunque su perpetuidad será la maldición que lo atormenté todos los días de su vida, los sueños oscuros que persistirá en latente sinfonía en la conciencia y en la voluntad de su perseverada y fortalecedora alma apenada; Había moldeado en él, la creación de la llave que agravara los dolores y temores en la vida del anciano. Para que sueñes como nunca en su vida había soñado.

 

 

Alpiz
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