Café amargo
- publicado el 14/02/2011
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Shaila
Sentía que ese era su momento, estaba a punto de empezar y como un fénix renaciendo de sus cenizas… ¡explotó!
¡Sentía el ritmo en la sangre, fascinante, vigoroso, apasionado, potente, continuo, como un interminable vals bailado en cámara rápida, excitante, sentía la adrenalina corriendo por sus venas, haciendo que todo su cuerpo quisiera moverse al son de la música, como una antigua formula mística creada en los albores del origen del mismísimo universo!
La canción ya estaba bastante avanzada pero aun así conservaba ese ritmo interior que te hacia querer brillar, que te hacia tener los pelos de punta, que te hacia hervir la sangre… Se sentía invencible, imbuido en la energía mística que impregnaba esa canción, se sentía capaz de enfrentarse a todos sus miedos, a sus temores, se sentía capaz incluso de pedirle salir a Fee, su mejor amiga de la juventud, aquella que tanto le gustaba y tanto anhelaba.
El místico ritmo se iba apagando y ralentizando poco a poco, lo curioso era que cuanto más lento se hacía, más gustaba, pero ya no había esa adrenalina en el cuerpo y sin embargo la energía seguía ahí, la sensación de determinación, las ganas de probar, de intentar seguían candentes en su alma, como si el ritmo calmado y lento reafirmara y consolidara la determinación, como si una potente y suave voz le susurrara al oído: “Tú puedes Zarge, lo lograrás, por todos los antiguos grandes dioses del universo, yo, la voz de la esperanza, preveo que lo vas a conseguir, y lo conseguirás, porque esa es tu voluntad”.
Y tras unos instantes de casi silencio lo único que se podía escuchar era aquel ritmo ancestral casi inaudible. De improviso y cuando parecía que la canción había acabado, el muro de la celda implosionó y en el hueco donde antes había un muro de impenetrable acero se encontraba una diosa atemporal: Shaila.
Shaila, la diosa del Renacer, era una antiquísima diosa ancestral que solo aparecía para salvar a aquellos que verdaderamente merecían salvación, y sentía especial predilección por los amores verdaderos y por salvar a aquellos que los defendían, porque consideraba que era eso lo que movía el resorte místico del mundo.
Zarge se quedó helado de la sorpresa al ver tan bella aparición y se quedó sin habla por unos instantes. Rápidamente se recompuso y la pregunto si venía a hacerle daño como sus carceleros. Shaila no sabe hablar el idioma de los humanos, solo el del corazón, así que avanzó levitando suavemente por el suelo hacía Zarge y extendió su etérea mano hacia su corazón y al posar su mano en su pecho toda la celda se iluminó de improviso cosa que al principio asusto a Zarge, pero después de ese breve fogonazo de luz blanca tenue apareció una imagen 3D en el centro de la celda al lado de donde se encontraban de Fee, y el miedo se tornó nostalgia y desasosiego, y después en el peor dolor de todos, el dolor de un alma en pena separada de su amor. Entonces Shaila quitó su mano de su pecho y la puso en su espalda y con su otra mano tomo la espalada de la imagen de Fee y los empujó a ambos delicadamente hasta que se juntaron en el centro de la celda.
Zarge no daba crédito a lo que contemplaba, sus ojos se anegaron de lágrimas de felicidad al comprender que esta bella y dulce aparición que le miraba con ojos sabios y tiernos quería ayudarle a reencontrarle con Fee por la que tanto había luchado y por la que tanto había perdido, y a la que tanto amaba.
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