Y SIEMPRE HAY UNA RAZON…

Ya han pasado muchos años, mucho tiempo y ella, todavía no se puede creer que, cada día que pasa, por no decir cada segundo, se siente cada vez más y más enamorada de él…de ese crío al que no puede quitarse de la cabeza, al que no puede dejar de lado su imagen y a este hombre que hoy ha encontrado y, que aún viendo como es ahora, lo vé como si aquel niño fuera, aquel chaval encantador que solo con una mirada te ruborizaba y producía el «tembleque» más acelerado que nadie, absolutamente nadie sería capaz de producir tal efecto, de hecho ella jamás volvió a sentirse igual…no pudieron en tanto tiempo ni siquiera el más mínimo síntoma que pudiera provocarle tal reacción.

Por eso está tan segura de que nunca a querido de esa forma, de la manera que quiso a una criatura que nada tenía que ver con las demás personas que luego se encontró en la vida, no conoció a nadie igual, como segura está que lo poco de vida que le queda conocerá a un ser como él era y que hoy es.

Lo que no puede explicarse, aún teniendo mil razones y mil motivos, es que el amor que por él siente siga creciendo de una manera tan desmesurada, de una forma que le dá miedo… porque ese miedo, a la vez que la hace tan feliz, puede hacerla en un instante el efecto contrario, ya lo sufrió una vez y duró toda una vida…

Quiere que pare ahí… que no vaya a más… que se quede estancado porque ya es suficiente, ya demasiado y se vuelve loca de pensar que, por mucho que quiera frenarlo, no tiene medios ni la fuerza de voluntad para hacerlo, a pesar de saber que corre el riesgo de sufrir un accidente mayor al padecido. Ya tampoco tiene edad para hacer esa locura, ya cansada está de vivir, de malvivir sentimentalmente y, la desconfianza es tal, que hasta las dudas le asaltan con bastante frecuencia, más de lo que ella intenta disimular… la verdad no se cree todavía que pueda despertar los sentimientos que antaño, con otra edad y físico completamente distintos, pudiera provocar en alguien que la quiso, a no ser… que «la piense» como antes era ella, con los ojos del amor de juventud, de la adolescencia, que aún siendo ciega se siente, se vé y se palpa.

El caso es que, aún a propósito, «le busca» algún defecto que encontrarle, algo que, en el peor de los casos, si llegase a producirse, se consolara diciendo : ¡ bueno, pues tampoco era para tanto!…¡ Pues no tenía tan buen tipo!… pues ¡ anda que no los hay mejores!…pero ¡ si tenía más que frente!, larga «mu larga», jajaja, ó una nariz «sin fronteras»…ó una barriguita «llena» (pese que él jure y perjure que nunca ha tenido «tripita», JA! JA!, JA!), lo que sí está segura que para ella él es el más guapo, el más alto, el que tiene la nariz más bonita  del mundo y que cuando se suena… son trompetas de ángeles de la corte celestial… a ella le suenan así, ni el más afamado compositor podría hacerla sonar…»igual» en ninguna de sus obras musicales, no habría «trompeta» ni «trompetista» que pudiera ni siquiera imitar el más «corto» de sus sonidos… a ella le encanta, no puede encantarle más…¡qué «tontorrona» diría él a esto… jajaja.

Nunca podrá encontrarle defecto alguno, porque ella en él solamente vé virtudes, dones, elogios… está locamente enamorada y ve el ser más perfecto que dios, el que sea… haya podido crear.

Su ternura, sus miradas, sus gestos… sus caricias, sus besos, la forma y manera de abrazarla, de mimarla, de quererla, de amarla, de tocarla como si de una seda se tratara y estudiara, como si no quisiera estropearla, mancharla, dañarla…

Así es como la «emboba»… como ha hecho con miles… como que casi está segura que si le surje una oportunidad lo hará sin ningún remordimiento, está hecho para amar, para ser amado y eso… ¡eso lo sabe de sobra! es un truhán… además de un señor, pero esto último… lo deja para el final. Le encanta que le quieran, que se «pirren» por él, está más que acostumbrado a los mimos, a las caricias y a los besos que a miles ha recibido, en el fondo es un «creído» por mucho que lo niegue y que lo esconda se le nota a legüas…y se hace el «santito» diciendo que no… ¿modesto? y ¡ UNA M—-A!, ese es su ÚNICO DEFECTO… pero tiene «disculpa», así lo «HAN HECHO» entre muchas, entre todas…incluso, hasta contando esta historia yo…también he caído en sus redes.

Hay una «RAZÓN», siempre la hay… este hombre del que hablo, del que he contado su historia (que de verdad es cierta), ya tiene a una más… otra humilde servidora que no se ha podido resistir a sus encantos describiéndolos en este relato… YA SOY UNA MÁS EN SU LISTA…¿por qué se me ha ocurrido hablar de EL?… que lo contase la anterior y… me hubiera hecho un favor.

MORALEJA: » No se puedo ser negro» la próxima… que lo escriba la interesada ¿QUÉ PORRAS!, ahora ya estoy metida en el » AJO» y de aquí… no hay quien me saque…

¡¡¡ MENUDO ENGANCHE !!!

¡¡¡  VAYA MARRÓN !!!

¿ QUIEN ME DIÓ VELA EN ESTE ENTIERRO?

 

 

 

 

 

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