NUNCA DEJO DE BUSCARTE

Y, donde te busco te encuentro

estás en cualquier rincón…

en el que quiera encontrarte.

 

Tengo tal ansía de tí

tanto es que te necesito

que perseguirte es mi fín.

 

Y si un día no te hallo

puedo morirme de pena

por pensar en algo malo.

 

Sedienta voy tras tus pasos

que me enseñas tras tus huellas

que me sé  ya de memoria.

 

Es igual que fué en el cuento

que vas dejando «pistitas»

con sabor de caramelos…

 

Dulces aunque también hay amargos

de colorines y grises

siempre en arcas de tesoros.

 

Nunca dejo de buscarte

aunque oscurezca la tarde

una luz me guía por dentro.

 

Y allá donde voy te encuentro

bien sólo leerte…

o para saborearte.

 

O para las dos cosas juntas

y añadir una tercera

que es lo más… ¡es admirarte!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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