EL CABALLERO HOLANDÉS QUE ENTRÓ EN EL BURDEL Y REPARTIÓ Y REGALÓ OCHO ROSAS BLANCAS A OCHO PROSTITUTAS, A LA VEZ, Y LES DIJO QUE ENTRE AQUELLAS PRECIOSAS FLORES Y ELLAS MISMAS NO HABÍA NINGUNA DIFERENCIA Y ÉL LES ASEGURÓ A ESAS MUJERES QUE LAS CONSIDERABA PERSONAS TAN RESPETABLES COMO CUALQUIER OTRA Y DESPUÉS DE ESO SE MARCHÓ PARA SIEMPRE SIN DECIR NADA MÁS.

***El micro-relato es el propio título ( bastante largo el mismo pero válido como cualquier otro, dicho encabezamiento)

Txus Iglesias
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