A PESAR DE…

Te he echado mucho de menos

no he dejado un segundo de pensar en tí

por muchas «tareas» que me ponía

mi cabeza seguía con tu imagen en mí.

 

Pienso con demasiada frecuencia

y, hasta pienso que estoy loca

del ¿cómo? puedo quererte tanto

de un ayer, a un hoy, a un mañana.

 

Creo que, después de tantos años

de trescientos sesenta y cinco días

año, tras año y muy intensamente

que mi corazón ya está acostumbrado a hacerlo.

 

Es tan habitual como el acostarte,

el levantarte a la mañana siguiente

hacer un pipí, desayunar, ducharse

vestirte, arreglarte y ponerte en acción.

 

Creo que, hasta en el sueño te pienso

que, inconscientemente lo hago…

no puedo recordar mis sueños

pero seguro que estás siempre en ellos.

 

Lo noto, por ser tú mi primer pensamiento

amanezco y estás presente en mi mente

durante las doce horas del día, ahí estás

y cuando quiero dormir, me distráes…

 

Y así tardo horas en hacerlo…

porque estando aún a mi lado

pienso lo qué hemos hecho juntos

y sobretodo, lo feliz que me has hecho.

 

Si recibiese un sueldo por hacerlo

sería la mujer más rica del mundo

ni reyes, científicos o «gobernantes»

me sobrepasarían, no me cabe duda.

 

Pero ni todo el dinero del mundo

me haría tan feliz como tu amor

como el mío para tí, mi vida

mi nómina la firmo segundo a segundo.

 

La tinta que uso en mi estilográfica

es la sangre que corre por mis venas

nunca se acaba, siempre está fresca

y me sale gratis, sin pagar ni el IVA.

 

 

 

 

 

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